El titular de la licencia de taxi número 163 de Telde, Miguel Ángel Santana García, seguía consternado horas después por el suceso que había ocurrido ante sus ojos. Este taxista fue testigo de lo ocurrido en la playa teldense de Media Luna, también conocida como de La Restinga, donde un joven de 17 años falleció ayer ahogado. Había alertado al muchacho y a su amigo de la fuerte corriente que suele estar presente en esta zona, pero estos hicieron caso omiso. "No pude hacer nada", se lamenta.

Este taxista señala que se encuentra "hecho polvo". Ese sentimiento se produce "por la impotencia de tenerlo delante de tus ojos [al fallecido], viéndolo como se va para el fondo y no poder hacer nada", declara. Y agrega: "Si yo, con 55 años, 100 kilos y fumador, me tiro al agua en vez de morir uno mueren dos".

Miguel Ángel Santana cuenta de manera cronológica cómo ocurrió todo. Se dirigía a su parada en el Centro Comercial Las Terrazas cuando vio cómo dos chicos se metían en el agua. Conocedor de esta playa ya que es usuario habitual, decidió dar la vuelta, aparcar cerca y desde la orilla advertirles de que debían regresar. "Ellos ni caso". La siguiente opción fue llamar a la Policía Local "para ver si a ellos les hacían más caso". Pero fue colgar la llamada y empezar a acontecer el peor escenario posible. "Dos minutos después ya me desapareció una cabeza; entonces le hice señas al otro muchacho para que volviera, pero regresó hacia el otro muchacho, incluso lo agarró y lo intentó sacar, pero se ve que había cogido mucha agua porque por un momento desaparecieron las dos cabezas y al rato volvió a salir", comenta por teléfono. "Las olas jugaban con ellos como si fueran garrafas", apostilla.

Cuando el superviviente llegó a la arena, Santana le prestó ayuda. "Lo recogí en la orilla porque no podía caminar, venía exhausto, y lo acosté en la arena y le dije que descansara hasta que llegaran todos los servicios de emergencia". A su lado se encontraban las dos mochilas que tanto él como Pablo S. S. habían dejado, junto a sus piezas de ropa, para lanzarse al mar en lo que iba a ser un chapuzón.

El propietario de la licencia 163 esperó a la llegada de los recursos. Primero lo hicieron los agentes de la Policía Local de Telde, quienes atendieron al joven que presentaba algunas contusiones y una crisis de ansiedad, por lo que fue trasladado en ambulancia al Centro de Salud de Jinámar. Después lo hicieron los bomberos y ya con posterioridad Salvamento Marítimo, miembro de Proactiva y la Guardia Civil para proceder a la búsqueda. En estas labores, la actuación de Santana García fue fundamental gracias a su gran conocimiento de la citada playa. Y es que indicó a los rescatadores el lugar aproximado donde vio por última vez a Pablo S. S. Dos horas después, el Instituto Armado encontraba su cadáver.