Agentes de la Policía Local de Garafía, en La Palma, en el transcurso de un control rutinario el pasado mes de enero, interceptaron al médico de guardia de la localidad mientras se encontraba de servicio cuando regresaba de fuera de su demarcación sanitaria, en donde debía estar prestando sus funciones. Tras ser requerido para que se sometiese al llamado narcotest dio supuestamente positivo al consumo de dos tipos de drogas diferentes.

Al médico, identificado como N. P. M., se le tramitó el correspondiente expediente sancionador el cual es firme, al tiempo que los responsables policiales ponían los hechos en conocimiento de la Inspección del Servicio Canario de Salud para que se adopten las medidas oportunas.

Además, en 2003 se le tramitó un expediente sancionador de 601,01 euros, por infracción del artículo 25.1 de la Ley 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana. Este artículo señala que "constituyen infracciones graves a la seguridad ciudadana, el consumo en lugares públicos, así como la tenencia ilícita, aunque no estuviese destinada al tráfico de drogas ilegales tóxicas, estupefacientes y sustancias psico-trópicas, siempre que no constituya infracción penal, así como el abandono en los sitios mencionados de útiles o instrumentos utilizados para su consumo".

La Policía Local de Garafía ya había levantado a este facultativo actas y diligencias judiciales, al tiempo que se han realizado informes por dejar al municipio sin cobertura asistencial. Sin embargo, tal y como apuntaron las fuentes policiales consultadas, "el Servicio Canario de Salud no ha tomado hasta ahora medida alguna". Las mismas fuentes agregaron que esperan que "con este servicio se de una solución a un problema de cobertura sanitaria que es demandada por la ciudadanía y los responsables políticos y que hasta el momento ha sido infructuosa".