La conocíamos abrazada al padre de Gabriel Cruz, llorando delante de las cámaras la desaparición del hijo de su compañero sentimental, y en la mañana de ayer, domingo, fue detenida por la Guardia Civil cuando transportaba el cadáver, en el maletero de un vehículo, desde un pozo en el que se encontraba hasta otro lugar donde pretendía esconderlo.

"¡No he sido yo! Yo he cogido el coche esta mañana", gritó Ana Julia Quezada en el momento de la detención, que tuvo lugar en la localidad almeriense de Vícar, a unos 75 kilómetros de Las Hortichuelas, donde se había perdido la pista del niño doce días antes. "¡Cállate!", respondió un agente de la Benemérita a la mujer de 43 años, de nacionalidad dominicana, que había acudido a por el cuerpo del pequeño tras haber acercado al padre del niño a otra zona de Almería.

Al cierre de esta edición, no habían trascendido datos de la indagación acerca de otros posibles implicados. Hay quien sostiene que pudo actuar sola, y que incluso hasta su compañero había empezado a sospechar de ella.

Ana Julia Quezada había sido precisamente la que, el pasado domingo, había encontrado una camiseta del pequeño, desaparecido el 27 de febrero en Níjar (Almería). Muchas personas que ayer seguían la actualidad del caso comentaron algo así como: "Cuando vi lo de la camiseta, ya decía yo que iba a ser ella". Parece ser que lo mismo pensaron los agentes que investigaban el caso, a quienes el hallazgo, más que engañarlos, los indujo a dirigir el foco de las pesquisas sobre ella. Otros avispados observadores también señalaron, al enterarse de la detención, que Ana Julia Quezada parecía elegir los momentos estelares de las manifestaciones de protesta para manifestar su pesar con gestos que, a la vista de lo sucedido, eran pura falsedad. Algunas imágenes incluso parecen sugerir que Patricia Ramírez, madre de Gabriel, contempla la escena del abrazo envidiando el apoyo que recibe Ángel Cruz, el padre de su hijo.

A pesar de estar separados, los padres del niño asesinado pusieron de manifiesto en todo momento una relación de concordia.

Gabriel fue encontrado por la Guardia Civil envuelto en una manta y lleno de barro en el interior del coche. El hallazgo confirmó lo que desde hace días parecía una evidencia, aunque costara aceptar la tragedia: Gabriel Cruz Ramírez, de ocho años, estaba muerto.

Testigos de la detención de Ana Julia Quezada testimoniaron que los agentes que encontraron el cadáver "se abrazaron llorando". Culminaba así para la Guardia Civil un operativo de búsqueda de casi dos semanas, con un intenso respaldo de voluntarios y numerosos momentos cargados de emociones. La mujer fue esposada "contra el capó", tal y como muestra un vídeo grabado por vecinos de la zona.

La noticia voló, y entre los receptores estaba alguien que conoce bien el dolor devastador que anega la vida de las familias afectadas por este tipo de situaciones. Se trata del padre de la joven sevillana Marta del Castillo -asesinada en 2009, pero cuyo cadáver aún no ha sido localizado-, Antonio del Castillo, quien de inmediato envió un mensaje elogioso por la labor de la "grandísima" Guardia Civil.

La camiseta

La confirmación del hallazgo del cadáver y la detención de Ana Julia Quezada fue recibida un "mazazo" en Las Hortichuelas (Níjar), donde se perdió el rastro del niño de ocho años. Los vecinos señalaban ayer que, aunque "se oía de todo" en torno al caso, la camiseta con ADN del menor encontrada por la ahora arrestada "ya nos sorprendió".

"Nos pareció una cosa rara, porque la encontró en un sitio que estaba bien batido por gente. Nos dijimos: 'Qué raro que ahora esté, y seca', y nos sorprendió que la encontrara ella, pero nunca hay sospechas al cien por ciento", declararon a los medios algunos residentes de la zona.

La prenda fue hallada a tan sólo cuatro kilómetros de Las Hortichuelas. No figuraba en el listado pormenorizado que dieron los padres para ayudar en el rastreo y tampoco parecía habersufrido especialmente el deterioro tras días de lluvias y mal tiempo en la zona. El hallazgo de la camiseta aumentó las sospechas sobre la posible implicación del entorno familiar en la desaparición del menor, según confirmaron fuentes de la investigación.

Tras unas primeras horas de confusión, las pruebas de ADN confirmaron que la camiseta pertenecía a Gabriel. Se trataba de la primera pista concreta sobre el niño. A partir de entonces, las pesquisas policiales se centraron especialmente en Ana Julia Quezada, pero los investigadores guardaron silencio sobre las dudas que rodeaban a este hallazgo.

Esta mujer sospechosa había sido interrogada hace pocos días. Fuentes de la investigación señalan que "se puso nerviosa" en el interrogatorio y "fue a sacar al niño del pozo" en el que lo habría tirado presuntamente "después de secuestrarlo". Esas misas fuentes aseguran que hay fotos en las que se le ve sacando el cadáver del pozo, y sospechan que llevaría muerto desde el día 1 de marzo.