A lo largo de la mañana de ayer se le practicó, en la sede del Instituto Anatómico Forense, la autopsia al cadáver del empresario Pedro Carlos Machín Quintero, asesinado de al menos dos impactos de bala cuando salía en la noche del martes de la Escuela de Idiomas, en el barrio lagunero de La Verdellada, donde cursaba estudios de inglés. A falta de trámites administrativos es muy probable que hoy el cuerpo le sea entregado a sus familiares para celebrar el entierro en Valverde (El Hierro), de donde era natural.

Sobre las diligencias, que fueron declaradas secretas por el Juzgado de Instrucción nº 4 de La Laguna, poco ha trascendido, salvo que los miembros del Grupo de Homicidios de la Comisaría Provincial de Santa Cruz de Tenerife continúan analizando el teléfono móvil de la víctima y la munición empleada en el asesinato. Ayer una fuente policial manifestó que es probable que se recurra a especialistas de Madrid. Esta misma fuente aseguró que la principal línea de investigación en este momento apunta a que los dos sicarios habrían procedido de una rama asentada en Madrid de una organización criminal internacional colombiana y que habrían venido a la Isla, para resolver el encargo, una semana antes del tiroteo.

Llama la atención lo estudiado de la escena del crimen. Roban el coche la noche anterior de un inmueble de Los Majuelos, le cambian las placas de matrícula y una vez perpetrado el hecho le prenden fuego. Además, Carlos Machín hacía menos de un mes que había cambiado de turno, pasó del de la mañana al de la noche. Sus ejecutores sabían este hecho.

Además, es más que probable que estuvieran esperando en las proximidades hasta que lo vieran salir y aproximarse a su coche para intentar acribillarlo. Sin embargo, algo pudo fallar ,ya que en caso de que hubieran efectuado ocho disparos a tan corta distancia, solo dos impactaron en la víctima. Uno de ellos era mortal de necesidad.

El caso entra ahora en una fase donde se trata de atar cabos y recabar informaciones de distintas fuentes con el fin de averiguar el móvil. Sobre todo es muy importante averiguar si Carlos Machín recibió en algún momento amenazas o intimidación. No obstante, sus amigos consultados por este diario señalaron que nunca había comentado que se sintiera amenazado o que tuviese algún problema que le hiciera ver peligrar su integridad. Machín Quintero había abandonado sus inversiones en los locales de ocio hacía más de dos años para centrarse en un negocio de juegos recreativos y una fábrica de envases de plástico.