La sala de vistas del Juzgado de lo Penal de Puerto del Rosario acogió ayer un juicio donde se vivieron situaciones rocambolescas. Desde las continúas e increíbles contradicciones entre acusado, víctima y los propios testigos, hasta revelaciones inauditas como la no prestación de ayuda al apuñalado por parte de un agente, la tardanza en llegar la patrulla policial en cuarenta y cinco minutos, la incomparecencia de testigos, el hecho que nadie observara nada en una de las calles más concurridas de la localidad turística de Caleta de Fuste en horas del mediodía e incluso o la no aparición del arma que a punto estuvo de seccionarle el corazón al agredido. Todo ello, provocó que en varios momentos de la vista, tanto los magistrados, el fiscal y los propios letrados no pudieran evitar gestos de incredulidad.

La Fiscalía cambió su calificación jurídica de delito de homicidio en grado de tentativa a intento de asesinato para J. A. C. R. y mantuvo su petición de ocho años de cárcel por un apuñalamiento ocurrido hace cuatro años en la localidad turística de El Castillo, en el municipio de Antigua. A pesar de las múltiples contradicciones tanto del acusado como de la víctima y los propios testigos, el fiscal Tomás Fernández de Paíz no varió su petición de prisión, iniciativa a la que se adhirió la acusación particular, mientras que la defensa solicitó la libre absolución.

La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas se desplazó hasta Puerto del Rosario para juzgar los hechos ocurridos el 5 de agosto de 2014 cuando en el transcurso de una discusión J.A.C.R. , con la presunta intención de acabar con la vida de O. H. S., le clavó un objeto punzante en el tórax, causándole una herida penetrante en el hemitorax derecho y, secundariamente, una herida cardiaca. Tales heridas tardaron en curar 102 días, de los cuales nueve fueron de ingreso hospitalario.

Por celos

Ambos hombres, acusado y víctima, habían mantenido una relación sentimental con la misma mujer, por lo que no se descartó que la actuación delictiva estuviera motivada por celos. Los forenses , José Blanco, que declaró por videoconferencia, e Iván Reyes, manifestaron que las heridas ocasionadas "fueron mortal de necesidad", llegando el objeto punzante a herir parte del corazón. También desmontaron la versión del acusado respecto a las heridas sufridas. El juicio quedó visto para sentencia.