El cadáver de Juan Manuel D. G., más conocido como Chico, fue encontrado el lunes, 25 de septiembre, en la cocina que había preparado en el garaje de su casa, situada en el barrio satauteño de Portada Verde. Llevaba dos años tirado en el suelo, muerto, después de que su familia extrañada decidiera denunciar su desaparición al dudar de las declaraciones de su cuidadora, quien aseguraba que estaba viviendo en Telde después de pasar unas vacaciones en Lanzarote. La Guardia Civil abrió una investigación al detectar que su cuenta corriente había sido utilizada durante los últimos dos años. Las pesquisas llevaron precisamente a A. N. G., una taxista que le acompañó durante sus últimos años de vida y que tras el fallecimiento presuntamente utilizó sus cuentos para realizar compras por valor de unos 20.000 euros y que el pasado viernes fue detenida.

Los hechos se retrotraen a septiembre del año pasado. Por aquel tiempo, Lola Chirino echaba en falta no saber nada de su cuñado. En repetidas ocasiones habían preguntado a A. N. G. sobre su paradero, y esta les aseguraba que no se preocuparan, que se había ido a vivir a Telde, señala Chirino. Pero les parecía mucho tiempo sin saber de él. Tampoco los vecinos lo habían visto. Intentaron mirar si había movimientos en sus cuentas corrientes o si había ido en algún momento al médico, pero la Ley de Protección de Datos impedía que los trabajadores de las sucursales bancarias o a los funcionarios del sistema sanitario proporcionarles cualquier tipo de información. Así que decidieron acudir al cuartel de la Guardia Civil en la Vega de San Mateo para interponer una denuncia de desaparición.

Lo primero que hicieron los agentes fue entrar en la vivienda situada en el número 54 del camino Real de Portada Verde, también conocido como Atajo de Portada Verde. Allí, tirado en el suelo cerca de una cocina que había construido en el garaje, yacía Chicho, un antiguo mecánico sordomudo de 65 años que cobraba la pensión y que desde hacía unos años vivía solo en la casa tras la muerte de su madre.

No se sabía a ciencia cierta cuánto tiempo llevaba fallecido, pero el estado de su cuerpo hablaba de bastante tiempo. La autopsia estableció su fecha aproximada de defunción: Juan Manuel D. G. llevaba dos años tendido sobre el suelo. El análisis forense, en cambio, no arrojaba resultados concluyentes sobre la causa del fallecimiento, motivo por el que el Equipo de Homicidios de la Guardia Civil se hiciera cargo de la investigación, como informó ayer la Comandancia de Las Palmas en un comunicado.

Los investigadores no descartaban ninguna hipótesis sobre la causa de la muerte, incluso que hubiera un posible delito de homicidio. Aunque lo que se encontraron fue que A. N. G., la ahora detenida y que había cuidado del finado hasta su muerte, hacía compras por internet y domiciliaba recibos de gastos suyos en la cuenta corriente del fallecimiento, quien continuaba recibiendo regularmente su pensión.

Los agentes acreditaron, además, que tras la muerte de Chico, A. N. G. seguía haciendo cargos a la cuenta hasta poco antes del hallazgo del cadáver, cuando ya se habían iniciado las pesquisas para su localización. En total, la Guardia Civil estima en unos 20.000 euros el montante que esta taxista habría utilizado de la cuenta del fallecido para sus asuntos propios, como subraya el comunicado.

Además, de estos pagos no sólo se beneficio la ahora detenida sino también otras cuarto persona que han sido imputadas en calidad de investigados por los delitos de estafa y falsedad documental, a los que también se acusa a A. N. G; "aunque no se han averiguado indicios de que sospecharan que esos cargos se realizaban contra la cuenta corriente de una persona ya fallecida", señala la nota. El Instituto Armado precisa, asimismo, que no se han encontrado indicios de que la muerte del anciano se deba a la intervención de terceras personas.

El Juzgado de Instrucción número 2 de Las Palma de Gran Canaria, que durante unos meses mantuvo las pesquisas bajo secreto, decretó la libertad de la detenido, aunque con la obligación de comparecer cada 15 días ante la autoridad judicial a la espera del juicio oral.

Lola Chirino, quien se mostró sorprendida por todo lo que ha rodeado a la muerte de su cuñado puesto que la detenida, además, es compañera suya como taxista de Santa Brígida; quiso agradecer el trabajo realizado por los agente de la Guardia Civil de San Mateo y del Equipo de Homicidios durante estos meses. "Todo está siendo muy macabro", añadió sobre el caso, que ha levantado revuelo entre los vecinos del municipio satauteño.