"¿Qué mensaje nos están dando a las mujeres? ¿Qué no denunciemos? ¿Qué la agonía continúe hasta el final?" Tania Medina era una del aproximadamente medio millar de personas que sólo unas horas después de darse a conocer la sentencia contra los cinco componentes de La Manada, a los que se les condenó por abuso sexual y no por violación, se concentró en la calle Triana de Las Palmas de Gran Canaria para mostrar su repulsa por un falló que todos los presentes coincidieron en calificar de injusto.

Bajo 'La espiral del viento' de Martín Chirino, Patricia González, miembro del colectivo Red Feminista Gran Canaria, leyó un manifiesto en el que puso en duda la labor de la Justicia, que calificó de "patriarcal" y "machista". "Dicen que hubo una voluntariedad, un acuerdo; esto es injusto, no puede haber una penetración entre cinco personas, agarrada y forzada dentro de un portal, y penetrada analmente y por la boca", apuntó. Y añadió: "¿Qué jueces tenemos? ¿Qué pensamiento tienen?"

La decisión del tribunal demuestra, en opinión de González, que la justicia española "no es propia de un país digno de ser libre y democrático" ya que "no cree a sus mujeres", a las que "siempre cuestionan" cuando denuncian acoso, malos tratos o una violación.

Con lemas que fueron coreados como "no es abuso, es violación", "si tocan a una, nos tocan a todas" o "hermana, yo sí te creo", los aproximadamente cinco centenares de personas, en su mayoría mujeres, mostraron su indignación sobre el fallo judicial. En este sentido, para Silvia Alvarado lo sucedido en el caso de La Manada es una muestra de que la justicia está retrocediendo. "La sentencia es inadecuada, injusta y no se ha tenido en cuenta la situación real de esa chica", espetó Alvarado, quién agregó que al conocer el fallo se sintió "indefensa". "La víctima podía haber sido cualquiera, podía haber sido la hija, la hermana o la madre de cualquiera de nosotros".

Pedro Unamunzaga, uno de los pocos hombres que en la tarde de ayer se concentraron a la calle de Triana, apuntó que el tribunal debería de haber enviado un mensaje a la sociedad con una pena más fuerte. "Cuando se da un acto de esta naturaleza tan horrible, hay que lanzar un mensaje de Justicia. Y dejar meridianamente claro que no se puede disponer del cuerpo de una mujer al antojo de nadie". Asimismo, destacó que tras lo ocurrido saca la conclusión de que la justicia "no es igual para todos", interpretándose de una manera "muy laxa" cuando se entra en el terreno de la sexualidad y la mujer.

Unamunzaga hizo un llamamiento para que los hombres se pongan en el lugar de la mujer. "Muchos hombres quizás están a la defensiva pensando que luchar por la libertad de las mujeres es ir en contra de los hombres, pero eso es un pensamiento antiguo que debería de superarse".

En cualquier caso, pese a los numerosos mensajes cuestionando a la Justicia tras la condena, entre los asistentes aún queda la esperanza en seguir creyendo en el sistema. "Aún queda el Tribunal Supremo, que esperemos que ya por vergüenza acaben haciendo algo", aseveró Tania Medina, quien confía en que el alto tribunal acabe condenándolos por violación.