Más de una decena de pruebas. Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil recogieron ayer numerosas muestras de los restos óseos hallados en una acequia del barranco de Los Rosales, en el municipio de Firgas. La comitiva judicial recorrió los aproximadamente 150 metros del afluente en los que se encontraban esparcidos los huesos. La principal hipótesis sigue apuntando a que pertenecen a un vecino de Arucas desaparecido hace tres años, aunque su identificación no se confirmará hasta que no se coteje con la información genética de uno de sus familiares.

El titular del juzgado número 2 de Arucas, junto a la secretaria y una antropóloga del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria se personaron sobre las diez de la mañana en una ladera de la carretera GC-300, situada cerca de la presa del Cortijo y a escasos 300 metros del barrio firguense de Buen Lugar. Junto a los guardias civiles, entre los que se encontraban los miembros de Criminalística, pudieron llegar hasta el lugar donde se encontraban los restos de muy difícil acceso.

El día anterior, los agentes habían marcado más de dos decenas de puntos en los que se encontraban trozos de huesos y distintas prendas que ayudarán a identificar los restos óseos. Las muestras estaban dispersa durante todo el cauce debido a la acción de las lluvias, que arrastraron las distintas pruebas encontradas por los guardias civiles. La comitiva hizo especial hincapié en unos trozos de calzado y de prenda, que son los que por ahora apuntan todos los indicios hacia un hombre, cuya desaparición se denunció hace este mes de mayo tres años.

Durante el trayecto, una de las componentes del equipo de Criminalística fue indicando a la antropóloga forense todos los puntos marcados, en los que se encontraban los restos, entre ellos al menos una parte de una clavícula. La inspección tuvo lugar incluso en varias galerías que salvan la escarpada orografía del barranco de Rosales, para lo que se utilizaron focos con los que poder iluminar.

Los equipos judicial y policial permanecieron durante aproximadamente dos horas en el lugar para realizar un primer análisis de los restos y recoger las muestras, que fueron trasladadas hasta el Instituto de Medicina Legal donde se procederá a su correspondiente estudio. Este determinará si realmente pertenecen al citado desaparecido, así como esclarecer la causa de su muerte. En un principio, según indicaron fuentes cercanas a la investigación, no se aprecian signos de violencia, aunque será la autopsia la que determine las causas del óbito.

El hallazgo se produjo durante la mañana del pasado sábado. La Unidad de Guías Caninos de la Policía Nacional se encontraba peinando este barranco de Firgas para tratar de encontrar alguna pista que alumbre el caso de la desaparición de Juana Ramos, la vecina del barrio capitalino de La Paterna que se encuentra desaparecida desde el 20 de agosto de 2016.

Los canes estaban inspeccionando la citada acequia cuando encontraron restos óseos. Desde un primer momento todo apuntaban a que eran humanos, pero dado que en el lugar también había prendas de un hombre se descartó que fueran de la citada Ramos. Por ello, la Policía Nacional puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, competente en las zonas rurales de la Isla, para que llevara la investigación.

En cualquier caso, los funcionarios de la Jefatura Superior de Policía de Canarias continúan con la búsqueda de Juana Ramos, de la que no se sabe nada desde aquella noche en la que había quedado con su expareja, Miguel Ramos. Precisamente, las investigaciones se centraron desde el inicio en el excompañero sentimental. Incluso, los investigadores reunieron suficientes indicios como para proceder a su detención. La juez que lleva el caso, titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Las Palmas de Gran Canaria, llegó a enviarlo a prisión como presunto autor de los delitos de detención ilegal y de homicidio, aunque la Audiencia Provincial lo puso en libertad posteriormente.