El matrimonio de Guanarteme que permaneció cinco años desaparecido hasta que se encontraron sus cadáveres en Agüimes mantenían 78.000 euros en una cuenta de la sucursal bancaria en la que trabajaba el único investigado por el caso.

Antonio y Ana María recibían 300 euros todos los meses como rendimiento de esta cantidad. Sin embargo, apunta la familia, en los dos últimos meses ese ingreso no se había producido y entienden que fue esa incidencia la que hizo que la tarde del 6 de marzo de 2012, el día que desaparecieron, se reunieran en la sucursal de la calle Fernando Guanarteme.

En un escrito, las hijas apuntan que al día siguiente le preguntaron al subdirector de la sucursal si sabía algo de sus padres, a lo que respondió que los había visto una semana antes. La familia cree que mintió porque, según han tenido conocimiento, las cámaras de seguridad captaron que ese mismo día el matrimonio había estado en el banco, se habían reunido y habían salido los tres juntos de la oficina. La pista de todos ellos se pierde a dos manzanas de la sucursal bancaria.