En muchísimas ocasiones valoramos las cosas cuando las hemos perdido o cuando alguien de fuera pregunta por ellas. Últimamente me sucede esto con notable frecuencia. Son turistas que me preguntan por los barrios de San Nicolás, San Juan y San Roque como los puntos de mayor interés en sus guías de Las Palmas de Gran Canaria. Un triunvirato efectivo que va más allá del santoral para convertirse en los barrios altos por excelencia, como si de Lisboa se tratara. Lo más asombroso es que hasta por el tranvía me han preguntado para acceder y contemplar las mejores vistas de la ciudad. Cuántos dirigentes del consistorio capitalino de las últimas décadas, incluidos aquellos oriundos de nuestra querida Triana Alta y del Real de Las Palmas, apenas han destinado recursos a estos coloridos barrios que aún a día de hoy continúan atrayendo turistas. Turistas que buscan la mejor posición para fotografiar sus pintorescas casas. Barrios que podrían ser Santos de la moda, de la gastronomía y en general de cualquier movimiento cultural esperan agonizando, con un hilo de esperanza de ser rescatados por un futuro prometedor. De momento, los turistas continúan buscando el tranvía para acceder al punto más alto y contemplar desde allí las mejores vista del Real de Las Palmas para descender luego por sus callejones y perderse entre sus casas de colores en busca de anticuarios, restaurantes y movimientos alternativos.
Zoilo Alemán es director de Congresos del Grupo Lopesan
