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Decoración

Viajar sin salir de casa

En una vivienda de Las Palmas de Gran Canaria ha logrado crear Abadía Interiorismo un sinfonía perfecta con piezas de todo el mundo

Viajar sin salir de casa Quique Curbelo

Una vivienda familiar en pleno centro de Las Palmas de Gran Canaria donde su propietaria ha volcado su pasión por los viajes con piezas traídas por ella de distintos puntos del mundo, desde India a Filipinas, desde Marruecos a Namibia o Italia, creando una sinfonía perfecta de diversas culturas que convierten cada espacio en un referente sonoro de rincones exóticos del planeta, aderezado con mobiliario contemporáneo y aprovechando los materiales nobles que ofrecía la propia construcción.

Tres mujeres habitan esta casa de dos plantas, con dos niveles en el primer piso, localizada a escasos metros de la Calle Mayor de Triana y cuyo interior fue restaurado completamente bajo la supervisión de Abadía Interiorismo con total libertad por parte de la propiedad.

La vivienda resulta cálida y, sobre todo, vivida y cómoda. Ya desde la escalera de acceso, con predominio del blanco y el negro y la potente presencia de una barandilla en hierro forjado y madera, se percibe esa perfecta convivencia entre modernidad y clasicismo, seña de identidad en todo el trabajo de interiorismo desarrollado por la empresa grancanaria Abadía Interiorismo.

La luz natural que se cuela por los grandes ventanales del salón da la bienvenida al visitante a una estancia amplia, dotada de un gran sofá, con una cómoda zona de trabajo que domina la estancia desde lo alto, a la cual se accede por una pequeña escalera perfectamente integrada en el conjunto.

El uso de papeles pintados japoneses, espejos y pisos originales con dibujos geométricos ponen la nota de color en cada ambiente, pasando de la madera en forma de espiga al pavimento hidráulico o los mármoles empleados en el espectacular baño de inspiración árabe. De hecho, un gran portón de madera negra, construido a medida por artesanos marroquíes, es una de las piezas más espectaculares de la vivienda no sólo por su elaborado diseño sino por localizarse en un amplio distribuidor donde el acceso a la zona de aseo recuerda la entrada a las zonas nobles de una lujosa e histórica vivienda magrebí.

El dormitorio principal, con predominio de los colores negro y oro y marfil para la ropa de hogar, está dominado por una cama extra large y la imponente pintura de una deidad hindú, enmarcada en una fabulosa madera ricamente tallada y coloreada a mano, en otro ejemplo de la lograda connivencia entre modernidad y piezas antiguas. Los otros dormitorios de la vivienda, que ocupan dos jóvenes universitarias, son el contrapunto divertido de este hogar que, aprovechando la altura de los techos, permiten dotar de altillo cada estancia y localizar en esos nuevos espacios los armarios.

La fantástica vivienda, no obstante, guarda en su azotea una última sorpresa: una pérgola en madera que, como la puerta de acceso a la zona de aseos, fue construida a medida, durante los meses que duró la reforma, por los mismos artesanos marroquíes.

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