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Gastronomía

Islas de oro líquido

Las almazaras de Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura producen aceites de oliva que se están ganando el favor de los consumidores por su calidad y personalidad isleña

Botellas de aceite de oliva de Fuerteventura.

El Olivo pertenece a la familia Oleaceae, cuyo nombre científico es el de Olea europaea. Su origen se sitúa en el mediterráneo. Aunque existen dos teorías enfrentadas. La primera, que estos árboles provienen de las costas de Siria, Líbano e Israel. Y la segunda, asegura que el olivo nació en Asia Menor. Aunque su introducción en Europa señala directamente a los fenicios, fueron los árabes los que convirtieron a España en el primer productor de aceite de oliva del mundo, impulsando su cultivo en Andalucía. En la actualidad, la clasificación mundial de productores de aceite de oliva sitúa a España e Italia en el primer puesto, seguidos de Grecia, Turquía y Túnez.

Y Canarias no podía ser una excepción en el desarrollo de este sector agrícola. No en vano, los cronistas ya dejaban constancia de que en las medianías del sureste de Gran Canaria se producía aceite de oliva durante los siglos XVII y XVIII. Unos 200 años después, el archipiélago ha experimentado un auténtico boom desde 2005, registrándose un incremento tanto en las explotaciones como en la producción de olivas y en la obtención de un aceite de oliva virgen extra de gran calidad, y que comienza a ser reconocida por los entendidos en la materia.

GRAN CANARIA

Gran Canaria posee, aproximadamente, unos 70.000 olivos, repartidos, sobretodo, por los municipios del sur y sureste de la isla; aunque este tipo de cultivo también se ha extendido a zonas de Telde, Gáldar, Valsequillo, Agaete o Mogán. Pero si tenemos que hablar de lugares donde históricamente se ha producido aceite de oliva, y en la que ésta se ha convertido en un alimento de vital importancia en la dieta de su población, debemos poner en relieve a Santa Lucía, Agüimes y San Bartolomé de Tirajana. Poblaciones, estas tres, que llevan cultivando olivos desde hace siglos.

La variedad más común de oliva en Gran Canaria es la verdial de huevar, aunque ya proliferan también la picual, la arbequina, y más recientemente la hojiblanca. En la actualidad funcionan en la isla un total de nueve almazaras que producen aceite de oliva virgen. Por municipios, Agüimes cuenta con tres de estas instalaciones; Telde y Santa Lucía tienen otras dos cada uno; y Agaete e Ingenio, una almazara. Además, Gran Canaria también alberga dos envasadoras; una en San Bartolomé de Tirajana y otra en Santa Lucía.

"Se trata de pequeñas almazaras que trabajan en sistema continuo de dos fases y cuya producción varía mucho de unos años a otros, pudiendo oscilar entre los 300 y 30.000 litros de aceite al año", destaca Carmen Brito Alayón, Jefa de Extensión Agraria del Cabildo de GC.

Cabe resaltar que la mayoría de los análisis realizados en laboratorios oficiales dejan claro que los aceites elaborados en Gran Canaria cumplen los requisitos químicos y organolépticos que establece la legislación en este sector, siendo catalogados como aceites de oliva virgen extra de gran calidad, y en los que se destacan intensos frutados, aromas a tomatera fresca con matices a almendra y gran equilibrio en picor y amargor.

TENERIFE

En la isla de Tenerife, "el cabildo insular se encarga de realizar labores de asesoramiento al agricultor". Así como de "formación a los técnicos especializados en el sector, como las jornadas dedicadas al olivo que tuvieron lugar en la isla durante el pasado mes de octubre", explica Guacimara Medina Alonso, del Servicio Técnico de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo de Tenerife. Además, actualmente está esperando los resultados de un estudio encargado para conocer con mayor precisión el índice de humedad de la oliva en Tenerife.

Tenerife cuenta con 38 hectáreas dedicadas al cultivo del olivo, entre las que destacan las del sur de la isla, esto es, Adeje y Arico; así como las de Güímar en el sureste. En total, se contabilizan ocho almazaras particulares que cuentan con cuatro marcas comerciales, y que produjeron 12.000 litros de aceite durante 2015, tras la molienda de 90.000 kilogramos de aceituna. Las variedades que mejor se dan y más se utilizan en la isla son la Arbequina y la Picual, por sus características de productividad y rendimiento.

Hace unas semanas, el cabildo de Tenerife organizó el primer concurso para premiar al mejor aceite de oliva virgen del archipiélago. En total, se presentaron al certamen 23 muestras (Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife). La Gran Oliva de Oro se la llevó la marca comercial Oleoteide. El segundo puesto también se quedó en tierras tinerfeñas, y fue para el aceite de Antonio Martín. El tercer premio distinguió a cuatro aceites: tres de Tenerife y una de Fuerteventura (Teguerey).

FUERTEVENTURA

Fuerteventura sorprende por muchas cosas. Dicen que es una isla con una tierra muy agradecida. Y que aunque no llueve, si cuidas lo que cultivas, sale adelante. Y esto está pasando con la producción de aceite de olivan virgen majorera, donde el cabildo insular ha tenido mucho que ver con la incorporación, en 2006, de una de las mejores y más potentes almazaras del archipiélago.

En la granja experimental de Pozo Negro se localiza esta almazara, que se suma a las otras cinco que se encuentran por toda la isla, y que pertenecen a productores privados que tienen todos los permisos para elaborar aceite de oliva virgen y comercializarlo. Uno de estos aceites, o mejor dicho, zumo de aceituna -como le gusta denominar el aceite al técnico de Extensión Agraria del cabildo, Jacob Negrín- fue galardonado con el tercer premio del concurso al mejor aceite de Canarias.

La almazara del Cabildo de Fuerteventura realiza todo el proceso para la obtención de este exquisito líquido. Los agricultores llegan a Pozo Negro, dejan su cosecha, y tras los pertinentes exámenes y análisis de calidad que realizan los técnicos de la institución insular, se da el visto bueno para que los productores lo distribuyan. La producción total de Fuerteventura durante el presente año ha sido de unos 85.000 kilogramos de aceitunas, lo que se traduce en un litro de aceite de gran calidad cada siete kilos de olivas aproximadamente. El litro de oliva virgen de la isla se comercializa a unos 15 o 20 euros. Mientras que la de cultivo ecológico sube hasta los 25 euros.

Como los buenos vinos, el aceite de oliva mejora con el paso del tiempo. "La antigüedad le da mucho carácter", asegura Jacob, al mismo tiempo que explica que todo tiene que ver con la actividad de los polifenoles, "que hacen que el árbol dignifique con la edad y que la savia circule de manera más noble".

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