De Clovis Taittinger llama la atención su adorable educación y su saber estar, con ese aroma parisino que emana sin esfuerzo alguno, simplemente por el poderío innato que le otorga el pertenecer a una de las familias más influyentes del sector champanero mundial. Como el champán que lleva su nombre, es amable, es chispeante, es divertido... simplemente, único.
Clovis visitó por segunda vez en pocos meses el Gran Hotel Bahía del Duque para un encuentro con la prensa especializada, absolutamente enamorado de las Canarias y con el firme propósito de venir, por lo menos, una vez al año, para hacer incursiones en todas las islas. "Aquí me siento como en casa, adoro la calidez de su gente, sus paisajes, su comida... todo", dice.
Este embajador de una de las marcas champaneras más prestigiosas del mundo, habla con fluidez español (además de francés, alemán, inglés e italiano), idioma que aprendió, según confiesa, por lo a gusto que se siente en nuestro país. Estudió Historia en la Sorbona y, tras un período de formación en la empresa familiar, ha sabido coger el testigo que hace años le dejó su padre, donde realiza una impecable labor como director de explotación de la empresa champanera que, paradójicamente, ha hecho de su apellido alemán, una de las marcas francesas más poderosas y conocidas en todo el mundo.
"¿Cuándo probaste por primera vez el sabor de las burbujas?", le pregunto mientras degustamos una copa de Comtes de Champagne 2005 (quien, por cierto, era el Rey de Navarra), delicioso. Y me dice sonriendo: "Siendo aún un bebé, fue mi nanny la que me lo dio a probar, supongo que de manera simpática y un poco traviesa". Una relación que ha llegado muy lejos, gracias a la labor de Isabel Díaz, delegada en Canarias (tel: 620 15 63 47), pues la penetración de la marca en las Islas Canarias va tomando cuerpo y afianzándose a pasos firmes, que se lo pregunten si no a los consumidores de hoteles y restaurantes de lujo de Canarias, donde la venta de champán se ha incrementado notablemente durante los últimos años, sobre todo en Tenerife, debido en gran parte a la afluencia de turistas de mayor poder adquisitivo que en el resto de las Islas Canarias dada su planta hotelera de lujo. n
