El feliz desembarco coreano en Canarias comenzó en 1966 con la llegada del primer barco de su flota al Puerto de La Luz y de Las Palmas. Se cumplen por lo tanto cinco décadas del arraigo de la comunidad en las islas y, fundamentalmente, en la ciudad. Esta historia de océanos, noráis y cruces culturales incluye la creación en 1979 de la Asociación de Damas Coreanas, tan única en el mundo como algunas de las flores que crecen ocultas en los bosques del país, un 'tigre' asiático aclimatado al archipiélago.
Es una mañana de claros y nubes en Las Palmas de Gran Canaria. En el recibidor del Consulado de la República de Corea cinco mujeres de la comunidad coreana, incluidas cuatro directivas de la asociación, toman té con yin zhen. Han venido con sus trajes tradicionales, un gesto de celebración del aniversario de la entrada de aquel buque casi mítico. Sonríen. Son sumamente amables y se muestran felices de vivir aquí. "Hay buena calidad de vida. Y Corea está en el corazón", dice su presidenta, Pilhae Li. Kyoungog Yu añora "a la familia y las estaciones", aunque hoy, con la belleza y la variedad de colores de sus vestidos, ellas podrían parecer no cuatro, sino cinco estaciones. n
