Con Carolina Bang aprendemos que el gofio también puede ser polvo de estrellas. "Siempre que voy a Tenerife me traigo un montón. El problema es que yo no soy nada cocinillas, pero tengo una comunidad canaria en Madrid que me lo prepara", confiesa.
La actriz protagonizó en 2014 la película Dos a la carta, cuya trama giraba alrededor de un restaurante perdido entre montañas y difícil de gestionar. Por fortuna, la realidad mejora a veces a la ficción, como demuestra uno de sus restaurantes favoritos, el Yakitoro de Alberto Chicote, una adaptación castiza de la taberna japonesa en pleno paseo de la Castellana de Madrid. "Alberto", explica, "es además muy amigo". Así que es posible encontrarla allí degustando alguna redefinición de la brocheta nipona cocinada sobre carbón.
Bang está acostumbrada a los focos de los festivales de cine, de Venecia a Málaga o de Cannes a San Sebastián, donde posa con vestidos y complementos que también son de película.
La artista nos sopla un secreto al oído. Está fascinada por los diseños de la tinerfeña Bea de la Rosa, ganadora del VIII Concurso de Jóvenes Diseñadores de Tenerife con su colección ´La expresión de lo abstracto´. "Me encanta. En breve llevaré algo de ella", adelanta.
Del mundo de la moda la fasci-nan también la originalidad y la elegancia de las creaciones de la argentino-danesa Maya Hansen o Amaya Arzuaga. Ella, que devora las pantallas con su mirada y su presencia, ha manifestado en alguna ocasión su admiración por el equili- brio entre sofisticación y sencillez de Penélope Cruz y de la lanzaroteña Goya Toledo.
Los gustos y aficiones de Carolina Bang coinciden y profundizan en sus distintas facetas profesionales. Una de ellas, la de productora junto a su marido, el director Álex de la Iglesia, en Pokeepsie Films, la ha llevado a leer con avidez a todo tipo de autores y autoras de novela fantástica.
No obstante, la productora se centra en los géneros del suspense, el terror y la fantasía. Los canales brumosos de Venecia serían, por cierto, un escenario ideal para cualquiera de estas historias. "La verdad es que me apasiona Venecia, sobre todo por su capacidad de descu- brirme algo nuevo cada vez que voy", indica.
Carolina siempre hace ´bang´. No para. Tras el estreno en el Festival de Málaga de El futuro no es lo que era, dirigida por Pedro Luis Barbero y rodada en Las Palmas de Gran Canaria, se suma la producción de El Bar de Álex de la Iglesia, En las estrellas de Zoe Berriatúa o Pieles de Eduardo Casanova, así como la grabación de la serie Web therapy con Eva Hache. "Una tableta es imprescindible", asume. Y el gofio.
