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Gastronomía

Marisa y Laura Galarza: "Nosotras vivimos para comer"

Las hermanas representan la segunda generación del Grupo Galaco

Marisa y Laura Galarza, con Luz Cappa en el restaurante El Padrino. José Carlos Guerra

Tenemos tantos recuerdos relacionados con la gastronomía, que hablar de comida, recetas, bebidas, olores y sabores es todo un placer, más aún si me siento en la mesa con dos mujeres de bandera: las hermanas Marisa y Laura Galarza, segunda generación del Grupo Galaco, fundado hace 55 años por un empresario visionario y emprendedor, don Joaquín Galarza, cuya esencia han recogido magistralmente sus hijas para continuar con la saga de una de las compañías dedicadas a la distribución de bebidas y productos alimenticios más importantes de Canarias.

Entre los muchísimos restaurantes de primera fila que son clientes de la firma, elijo uno que me encanta y que está muy ligado a esta empresa tanto en el ámbito profesional como en el personal: El Padrino, situado en un lugar mágico de Las Palmas de Gran Canaria, Las Coloradas, especializado en la mejor gastronomía tradicional canaria y pescados de barquillo, todo un acierto, habida cuenta de los lazos de amistad que unen a los propietarios de este lugar, Humberto Rodríguez y Paco Ortega, con el padre de nuestras invitadas y con toda la familia.

En casa todos cocinan. Siempre digo que cada refrán encierra una gran verdad entre sus palabras, por eso miro a Laura y a Marisa y no puedo evitar pensar eso que ´de casta le viene al galgo´. Ambas tienen mucho de Galarza y mucho de Rodríguez, ambas son emprendedoras, trabajadoras y tenaces; pero también saben disfrutar de la vida y transmitir a sus hijos el legado de valores que han heredado de sus padres.

"Para nosotras todo lo que tiene que ver con la comida es esencial. Hay muchas personas que comen para vivir, pero nosotras vivimos para comer", comentan, mientras Marisa reconoce entre risas que su marido la conquistó, entre otras cosas, con una rica receta de pollo chino que preparó para impresionarla.

"En casa todos cocinamos y a todos nos encanta la gastronomía, de hecho nuestra abuela materna era una gran cocinera y mi madre ni te cuento, incluso llegó a organizar unos cursos de cocina que tuvieron mucho éxito".

Mazinger Z y sopa hirviendo. De su niñez, las dos guapas empresarias recuerdan las croquetas de pescado de la abuela Tana, las albóndigas en salsa, el rollo de atún con pimientos y aceitunas por encima, y, con especial intensidad, esos sábados entre hermanos y primos viendo Mazinger Z. "Comíamos de primero sopa casera que nos servían hirviendo, y de segundo sesos rebozados, porque nuestra madre decía que eran muy buenos para la cabeza", me cuentan entre risas. Y si la abuela materna se encargaba de los caprichos y los dulces, la paterna, Tana, de origen valenciano, lo hacía de la paella de los domingos, costumbre que hoy día perdura como una letanía bien arraigada a esta familia. "Mamá cuidaba mucho nuestra alimentación, y gracias a ella hemos aprendido a saborear todo tipo de platos y a preparar numerosas recetas". De hecho, hoy día doña Rosa sigue teniendo la misma talla que cuando era joven, y según me confiesa Marisa, "está en plena forma y guapísima, al igual que mi padre, que sigue activo y con un físico envidiable.

Tarta de galleta y chocolate. Marisa tiene dos hijos, Pablo, de 14 años, y Elena, de 18, que ha enfocado su carrera hacia el mundo de la canción; y Laura otros dos, de 10 y 7 años respectivamente. Laura vive ahora en Madrid, donde se encuentra expandiendo la empresa en Península, pero viaja a Gran Canaria casi todas las semanas. "Me encanta Madrid, aunque echo de menos muchas cosas de Canarias, como el gofio escaldao, la pella de gofio, el sancocho y nuestros aguacates".

Y cuando les pregunto si cocinan, me cuentan que en casa todos son muy cocinillas. "Las mujeres trabajadoras tenemos esa capacidad de hacer un platazo con dos ingredientes que queden sueltos por la nevera. Mira, yo hago una tortilla de papas sancochadas que está riquísima y además es muy sana, no engorda y está jugosa y muy suave", dice Marisa, cuya especialidad es la tarta de galletas y chocolate, sin la que sus hijos no conciben un cumpleaños.

Los arroces de Laura. Y si seguimos hablando de especialidades, Laura borda los arroces y disfruta haciendo postres. "Hago un arroz caldoso muy bueno y preparo postres desde chiquitita, sobre todo huevos mole y mus de chocolate".

Y en esta comida tan especial en El Padrino, atendidas divinamente por Paco Ortega y Humberto Rodríguez, vamos a implantar una tendencia que, por lo visto, está muy de moda en los restaurantes más chic de Nueva York, y es comenzar el almuerzo con un gin tonic, en esta ocasión aromatizado con romero y corteza de naranja, delicioso y fresquito, perfecto porque hoy brilla el sol con fuerza en lo más alto de Las Palmas de Gran Canaria, en Las Coloradas, la ciudad sin ley, como se denominaba antaño a esta zona bellísima de La Isleta.

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