La brisa trae aromas de la Campiña inglesa pero en territorio canario, donde la vivienda realizada por el estudio Nana Decoración tiene aires de construcción colonial pero reinventada con la idiosincracia del territorio insular.
El rojo inglés con toque fresa tiñe la fachada de esta vivienda que cuenta con una especie de torreón como principal atractivo exterior del inmueble, cerrado por techumbre en teja. La finca se encuentra rodeada de un alto muro que les proporciona una total intimidad a sus inquilinos y protege los jardines donde florece la vegetación autóctona, con árboles frutales y bancales de flores, y que cuenta incluso con un espectacular ejemplar de palmera canaria. La casona cuenta además con porche y terraza que permite disfrutar durante todo el año del envidiable clima de las islas.
La vivienda combina los enseres típicos de una estancia campestre con mobiliario de rabiosa modernidad, fruto del trabajo de su propietaria. Las maderas nobles que cubren suelos y techos dotan a las amplias estancias de la vivienda de una calidez propia de otras latitudes que se ve complementada por la chimenea que preside el salón principal de la casa. Las paredes cubiertas en telas de cuadros escoceses en tonos azules dan, asimismo, un aire desenfadado y sofisticado.
Paz, serenidad, relax, luz, olores, ruidos de campo y buen gusto se dan la mano en este proyecto de vivienda con unas dimensiones de unos 200 metros cuadrados divididos en dos plantas distribuidos en cocina-oficce, salón de estar-vestidor, baño, porche exterior y sala de estar-comedor. La planta primera la preside un gran salón con chimenea y dormitorio-baño. Es la típica construcción perfecta para matrimonio sin hijos, con dos habitaciones y un estudio con baño independientes.
La reforma para adecuar la vivienda fue relativamente importante. Se construyó un segundo baño y se reformó el antiguo; se repararon instalaciones de saneamiento-fontanería-electricidad así como las humedades en paredes para poder pintar y empapelar. Asimismo, se rehabilitaron los techos y pisos originales y se fabricaron a medida armarios y biblioteca. La iluminación también se alteró aunque se respetaron la distribución y los elementos originales.
En general, el mobiliario en parte procede de herencias familiares, de recuperación de otras casas y de cosas con estilo y carácter de aquí y de allá, aunque también hay piezas de fabricación de artesanos canarios.
El trabajo ha corrido a cargo de Nana, artista canaria autodidacta, gran conocedora de los estilos y tendencias británica y francesa, "adaptada a lo canario bueno de toda la vida", bromean desde el estudio Nana Decoración, que se encarga de reformas integrales de viviendas, tiendas, escaparates.
