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Gastronomía

Rakesh Ahuja: "La gastronomía es como la espiritualidad, une a la gente"

La cita con el presidente del Club Hindostánico es en La Bodega Palm Beach, lugar que ya conocía bien porque pues desde hace años organiza almuerzos con sus amistades en los mejores restaurantes de Gran Canaria

Rakesh Ahuja, presidente del Club Hindostánico, con Luz Cappa, en La Bodega Palm Beach, dentro del Hotel Palm Beach. Andrés Cruz

La verdad es que el sitio de mi cita para cenar con el presidente del Club Hindostánico de Gran Canaria Sur, Rakesh Ahuja, no podía ser más bonito y veraniego. La Bodega, situada en el hotel Palm Beach de la prestigiosa cadena hotelera Seaside, ocupa un evocador espacio interior y parte de la preciosa terraza de este hotel emblemático del sur grancanario.

Son apenas las nueve, pero tanto Rakesh como yo tenemos apetito. De aperitivo, Fran Almeida, responsable del servicio de La Bodega, nos ofrece unas aceitunas aliñadas y un excelente aceite de oliva extra virgen sazonado con sal del Himalaya. El pan está crujiente, y el primer trago del PSI, un Ribera del Duero de la bodega Dominio de Pingus que ha dado la vuelta al planeta por su calidad, nos sabe a gloria.

Fresco, joven, vivaz, elegante. Cuatro características que también definen los deliciosos platos que Daniel D´Angelo, el flamante jefe de cocina, nos ha preparado para esta cena tan especial: salmorejo cordobés con su huevo duro y jamón de Guijuelo, dátiles envueltos con bacon frito y miel de palma, pimientos rellenos con sepia y morcilla con salsa de pimiento choricero, papas arrugadas con sus mojos, presa ibérica con cebolla asada y salsa de vino tinto...

Nos llama la atención la cuidada decoración de La Bodega, que consta de salón y terraza, sus manteles y servilletas de tonos fucsias y naranjas, con platos, fuentes y salseras de cerámica de colores, tan mediterránea y tan atlánticas a la vez; una iluminación muy cuidada donde tienen protagonismo la calidez de las velas, y unas preciosas botellas de cristal de colores que llevan escrita en su superficie la carta de postres.

Y es que no podemos olvidar que estoy en uno de los hoteles más bonitos de Canarias, el Palm Beach, de la prestigiosa cadena Seaside, el primer Design Hotel de las Islas Canarias, y que mi invitado de esta noche, Rakesh Ahuja, eminente empresario, hijo adoptivo de San Bartolomé de Tirajana y presidente del Club Hindostánico de Gran Canaria, representa como nadie todos los valores y todas las cualidades de los grandes caballeros. "Crecí en una familia donde nos inculcaron muchos valores. Mi madre me explicaba que un hombre, al igual que un edificio, necesita 4 columnas como mínimo para que su vida sea sólida: la familia, la vida social, la comercial o profesional y la vida personal o espiritual. Y yo siempre he tratado de mantener mis pilares fuertes y sólidos".

Donde más le gusta comer es en su casa, porque su esposa, Bharty, es una excelente cocinera y cuida muchísimo que la dieta sea sana y equilibrada, me dice, aunque reconoce que disfruta muchísimo de la buena mesa, sobre todo por su intensa vida social.

Es un gran conocedor de los mejores restaurantes que jalonan la oferta gastronómica isleña, y últimamente prefiere comer que cenar, o cenar temprano, a la europea, "porque antes de dormir hay que hacer la digestión", añade.

Para fomentar ese gusto por cultivar la amistad y la buena mesa, forma parte de un grupo de tertulia gastronómica formada por el arquitecto Luis López, el cocinero José Rojano, el asesor fiscal Alfonso García Morales, el médico Antonio Medina, los empresarios Javier Arquero y Gaspar Cabrera Roca, la abogada Josefina Navarrete y Graciela Quinta, exinterventora de Hacienda. "Estoy convencido de que la gastronomía es como la espiritualidad: une a la gente. Lo que las separa son las religiones. Por eso nos reunimos cada viernes y vamos probando restaurantes y platos", explica.

Rakesh llegó a Canarias en 1980. Cinco años antes se había casado con la bella y elegante Bharty. "En la luna de miel salí por primera vez en mi vida de mi India natal, y fuimos a Las Vegas. Nos encantó, porque era algo impresionante. Luego fuimos a visitar a familiares de mi mujer que vivían en Tenerife, pero mi hijo Ishan tenía 8 meses y tuvo un accidente muy grave, así que tuvimos que quedarnos más tiempo de lo que habíamos pensado. Cuando se recuperó, fuimos a Gran Canaria, y aquí decidimos instalarnos".

Cuando le pregunto por los sabores y olores que recuerda de su niñez, me cuenta que nació tras la división de India y Pakistán, una cruenta guerra civil y religiosa que dejó muchísimas víctimas y sembró de dolor ambos países. "Mi familia tuvo que abandonar su patrimonio para salvar la vida. Había escasez de todo, y si comer era un lujo, comer carne era una auténtica fiesta. Recuerdo que cuando íbamos a un restaurante pedíamos carne con curry, y un poco más de salsa para llenarnos la barriga. He llegado a comer tortas de pan chapati de tandoori con cebolla cruda y mango, que en India es muy común. Con eso matábamos el hambre".

Su comida favorita era todo lo que se preparaba en el horno tandoor, muy típico del Punjab, la zona más agrícola del país. "Hay un olor en India que nunca se olvida. Es algo diferente y que no se puede explicar, una mezcla de comida, especias, incluso sudor, que es tan característico".

Quiero saber si le gusta cocinar y me dice, riéndose, que podría hacerlo, pero que no se atreve porque le han dicho que crea adicción. "¡Claro que se me conquista por el estómago, como lo hizo mi mujer, además de por sus espectaculares ojos verdes", reconoce.

La noche está cálida y las velas de colores suavizan aún más un ambiente que ya es mágico. Es la hora de rematar con un buen pos-tre y Daniel D´Angelo nos ofrece una deliciosa tarta de queso con ragú de frambuesas que acompaña con un exclusivo vino malvasía de la cosecha muy reducida que un bodeguero amigo personal de don Theo Gerlach, propietario de la cadena Seaside, tiene en Lanzarote. Y no se me ocurre otra forma más perfecta de terminar una noche tan especial.

Y mientras disfrutamos de los sutiles sabores de esta propuesta tan rica, el personal del restaurante nos recuerda que aquí puede venir a cenar todo tipo de cliente, ya sean huéspedes del hotel o clientes externos.

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