Alfredo Pazmiño (1982) celebró el pasado 24 de octubre sus 10 años de vivencias en Canarias, "una tierra que me hace sentir peruano, español y canario", cuenta este limeño residente en Santa Cruz de Tenerife, que preside la Fundación Triángulo en Canarias, una organización sin ánimo de lucro que trabaja por la Igualdad Social de personas Lesbianas, Gais, Bisexuales y Trans, y que lleva 20 años de batalla a nivel nacional y nueve en Canarias.
Pedagogo y experto en estudios africanos, Pazmiño acumula lamparones de sangre en sus recuerdos profesionales. "Para mí es impactante abrir el Facebook y ver cómo compañeros activistas de distintas partes del mundo han sido asesinados, amigos con los que hemos compartidos reuniones, risas y en esos momentos compartimos llantos. El primer caso que recuerdo", cuenta, "fue el de David Kato, un activista gay ugandés y amigo que fue asesinado a martillazos en Kampala. Horas antes nos había escrito para pedirnos ayuda para blindar la puerta de su casa pero no llegamos a tiempo. He sumado más de 50 compañeros y compañeras asesinadas por el odio a lo diferente. Quizás", añade este joven solidario, "si me hubiese quedado en Perú mis compañeros estarían llorando hoy mi asesinato".
La gran apuesta del movimiento LGBT tinerfeño y canario, según su experiencia, "es acercarnos a nuestras cumbres y medianías para poder ayudar a esas chicas y chicos que viven pensando que en su pueblo no pueden permitirse ser LGBT y necesitan dejarlo, irse a Las Palmas o Santa Cruz para poder ser libres".
Comparando la situación del activismo LGTB entre Tenerife y Gran Canaria dice que "sin lugar a dudas Gran Canaria tiene mucho más conquistas en materia de igualdad que Tenerife. Quizás el desarrollo de temas LGBT ha tenido mayor eco en una isla que en otra, pero poco a poco en Tenerife tanto las instituciones como la sociedad se suman a las acciones y conquistas de un movimiento que se encuentra en constante evolución. Creo que ambas islas tienen distintos modelos de reivindicación LGBT a ofrecer que son complementarias entre sí. Quizás cabe resaltar la heterogeneidad del ser LGBT en nuestras islas. En concreto en Tenerife hablamos de realidades rural-urbanas, generacionales y autoexcluyentes completamente diferentes".
Existen espacios, y de ahí la elección del Parque de La Granja por parte de Alfredo Pazmiño, "donde una generación que ´tuvo´ que formar una familia ´normal´ acalló su sexualidad y se ve actualmente con 60 años, con nietos y con toda una cultura de derechos LGBT que no siente como suya. Muchas de estas personas aprovechan los espacios de cruising, como el Parque de La Granja, para contactos anónimos y de esta manera tener algo de esa chispa que tuvieran contenida por el qué dirán. Estos espacios públicos no deberían estar perseguidos por policías locales ni saboteados por las administraciones públicas", se queja. "El cuidado del ciudadano pasa por responder a demandas; en este caso, este es un espacio de socialización particular que no debería estar perseguido", concluye.
