José Luis Mata, alma de la Joyería MIM, pertenece a la cuarta generación de joyeros orfebres. Con una trayectoria profesional de 27 años, este apasionado de su trabajo y amante de los diamantes, con quien hemos compartido el desarrollo de una pieza, empezó muy joven aprendiendo modelaje en la fábrica de su padre, lo que le permitió pasar por todas las fases de fabricación y producción adquiriendo poco a poco experiencia y buen hacer. Las noches las reserva-ba al estudio más profundo del diseño, lo que le convirtió además en un apasionado de la alta joyería. Aterrizó en la isla junto a su padre y hermano con la firme intención de poner en marcha una escuela de Joyería, proyecto que llevarían a cabo con éxito hasta el año 2000, fecha en la que cesaría dicha actividad con motivo del fallecimiento de su padre y fundador. A partir de entonces comienza su andadura en solitario por la faceta más comercial de su profesión, entrando en primer lugar a formar parte en exclusiva de la joyería Saphir, en la que pudo desarrollar todo su potencial durante más de 12 años; pasando a partir de entonces a centrarse en su propio proyecto personal.
Así nace MIM, un proyecto de joyería dedicado a hacer joyas exclusivas dando rienda suelta a nuestros sueños. Siguiendo las últimas tendencias y adaptándolas a las necesidades de sus clientes, este joyero orfebre es capaz de crear desde la alianza más sencilla hasta brazaletes convertibles en diademas con diamantes, anillos y broches en uno; y todo ello montado sobre la base de los mejores metales preciosos.
Especializada en diamantes entre los que encontramos tanto los de talla clásica (brillante, princesa, esmeralda, pera, oval, etc.) como los de talla más de moda como la fantasía, cojín, rosa, radiant, cusion, briolette, etcétera, la joyería MIM brinda al cliente la posibilidad de crear mano a mano con el joyero una joya completamente exclusiva; adoptando las tendencias actuales como la mezcla de tallas en busca de brillos y colores con vida propia, tonos pastel y piedras de todos los tamaños, teniendo siempre presentes las posibilidades de color que proporcionan los zafiros con varias tonalidades, rubíes, esmeraldas, aguamarinas, turmalinas y una gran variedad de piedras semipreciosas como tanzanitas y morganitas que tan de moda están.
La idea de la renovación constante al servicio de una clientela tan especial y exclusiva como exigente y funcional constituye la esencia propia de esta joyería en la que el gusto por complacer al cliente se percibe en el trato, siempre marcado por el mimo y dedicación más exquisitos.
Rara vez se encuentran joyerías regentadas por joyeros orfebres que a su vez atiendan de manera personal y directa al cliente, lo que hace de la joyería MIM una apuesta segura para aquellas personas que buscan una joyería diferente, cercana, con un trato personalizado y exclusivo, y no por ello más costosa. Mientras escribimos este reportaje podemos apreciar en directo un trabajo de restauración de una sortija, con un marcado carácter familiar y exclusivo, que ya nos permite hacernos una idea del cuantioso valor económico de la pieza (unos 160.000 euros) solo minimizado por el enorme valor sentimental que queda de manifiesto ante el delicado mimo con el que trabajan las manos del joyero.
