Desde hace semanas venimos preparando la venida a nuestros hoteles de un príncipe del lejano oriente como si de un cuento se tratara. Los príncipes de antes luchaban en batallas, pero los tiempos han cambiado y hoy buscan otros objetivos de conquistas, buscan dónde poder competir con sus adversarios deportivamente, con todos los valores que lleva el ser deportista. Y aunque en este cuento El Reino de Mogán se ha visto gratificado con la presencia del Príncipe, no debemos olvidar la visita de grandes monarcas del deporte, triatletas olímpicos y campeones del mundo ironman como si por arte de magia surgieran de la nada para coronarse en las metas más altas del deporte. No puedo dejar de reivindicar la necesidad de los eventos deportivos como uno de los mejores reclamos para promocionar nuestras Islas ante un público diferente. La necesidad de dotarla de grandes infraestructuras deportivas es hoy una urgencia porque ¿hasta cuándo podrá diferenciarse Gran Canaria únicamente por el clima? No podemos conformarnos con ser un destino más; debemos ser un destino acorde a las necesidades actuales de un público más exigente (basta con mirar a aquellos visitantes que practican actividades saludables al aire libre, ya sea caminar, montar en bicicleta o correr). No podemos convertirnos tan solo en un destino con grandes centros comerciales, casinos y discotecas, que hoy empiezan a desechar países como EE UU. Debemos ser competitivos con aquello que solo nosotros tenemos o somos capaces de crear y dejar de copiar lo que ya han hecho otros. Aprovechemos esta oportunidad de grandes ocupaciones para diferenciarnos, porque al igual que en los cuentos, el invierno siempre llega.
