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Motor

El alma en cada detalle

El alma en cada detalle

Como buen fabricante japonés con etiqueta premium, Mazda envuelve cada una de sus creaciones de un halo en el que se mezclan filosofía oriental y preciosismo. Cada elemento cuenta, incluso el color que viste la carrocería de su nuevo SUV.

Uno a uno, cada detalle acaba conformando un producto. Un coche de más de cuatro metros de largo; con un habitáculo repleto de componentes y controles; y una carrocería que ha de encajar en armonía ópticas, superficies acristaladas, tomas de aire y un interminable etcétera, requiere de un ejercicio de creatividad por parte del equipo de diseñadores que, además, ha de plegarse a las necesidades de los ingenieros. El desafío es aún mayor en fabricantes como Mazda, que presume de imprimir alma a sus vehículos mediante un sistema de desarrollo en el que, antes de que los robots tomen el control en la línea de montaje, la artesanía tiene una gran responsabilidad.

Decía Steve Jobs que el diseño "es el alma de todo lo creado por el hombre". Mazda comparte con el fundador de Apple ese compromiso con sus clientes de escapar de la vulgaridad. ´Kodo´, expresión japonesa que quiere decir "alma en movimiento", es el ´título´ del libro de estilo que guía el diseño de cada Mazda como el nuevo CX-5 que se acaba de lanzar en los principales mercados europeos, entre ellos, el de Canarias.

Sofisticación y minimalismo suelen entrelazarse en el exterior de todo Mazda, pero más aún en este SUV (Sports Utility Vehicle) de 4,55 metros de largo. Es sublime el frontal con una enorme parrilla con una elegante trama en negro brillante y una estructura cromada que enmarca su base y, a la vez, conecta las dos ópticas. Nada puede romper el equilibrio de este rostro del CX-5, por ello los faros antiniebla, que en otros coches de este corte son enormes para darse aires todoterreno, en este Mazda casi son imperceptibles.

Los ´takumi´ o artesanos de Mazda modelan muchos de los componentes de su carrocería antes de que entren en escena las técnicas de recreación digital y 3D. Sólo así se obtiene como resultado un coche que es una sucesión de contrastes de líneas de carácter que dan un volumen extraordinario a su carrocería. Y como guinda final, para que todo este derroche de estilo no pierda ni un solo matiz, el equipo de diseñadores de Mazda que capitanea en Europa Kevin Rice, ha creado una línea de color que estrena el CX-5.

Han bautizado este tono como Soul Red Crystal y se caracteriza por crear acentos más vivos, sombras más profundas y reflejos más precisos. Para que así sea, se compone de tres capas: una reflectante con diminutas partículas de aluminio, otra traslúcida y una superior transparente. Similar al rubí, este color es capaz de acentuar la belleza del CX-5 y, sobre todo, esa calidad que persigue Mazda en la creación de cada uno de sus coches.

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