Jueves 6 de julio de 2017. El Mercado Central de Las Palmas de Gran Canaria cierra sus puertas a las 14.30 horas. A partir de ahí más de 200 personas entran en acción y comienzan a transformar y decorar la plaza de abasto capitalina para convertirlo en El Mercado de Los Sentidos. Este Bien de Interés Cultural de la ciudad se preparaba para acoger al medio millar de invitados del Segundo Aniversario de la Revista Con Estilo, que se distribuye el primer jueves de cada mes con los periódicos La Provincia y La Opinión de Tenerife.

Cuatro Laboratorios de Los Sentidos en los que algunos de los protagonistas de los reportajes de este año de Con Estilo trabajarían en directo durante el evento; doce murales fotográficos con los mejores editoriales de la publicación; la adecuación de muchos de los puestos habituales del mercado que horas después servirían, de mano de sus propietarios habituales las degustaciones de platos, preparadas por el Chef Juan Santiago con los productos naturales que venden a diario; una exposición con las tendencias que cada mes aparecen en las páginas de la revista, un rincón para las creaciones del diseñador de Gran Canaria Moda Cálida, Pedro Palmas, algunas de las joyas más exquisitas que los invitados pudieron observar de primera mano; varios espacios para disfrutar de la mejor música a cargo del DJ Manel Ruiz El Especialista y Jean Blazer y un escenario que convirtió un puesto de fruta y verdura en el epicentro de la celebración fueron algunos de los rincones que se prepararon en el mercado que abriría de nuevo sus puertas a las 20.30 horas.

Más de 40 artistas formaron parte de la propuesta y compartieron experiencias con otros creadores, músicos, cocineros, diseñadores, tatuadores, estilistas y fotógrafos. Vino canario, cerveza, los mejores combinados y la posibilidad de dejar el mercado con una bolsa de la compra, además de los recuerdos conmemorativos que los invitados se llevaron a casa: una cuña de queso Lomo Gallego, quesería de San Mateo que hace unos quesos fantásticos, y una botellita de vino blanco Viña Esmeralda, de Bodegas Torres, ponían el broche de oro.

Pero para muchos la noche no acabó ahí, el mercado central volvía a abrir sus puertas a las 7 de la mañana y a las cinco, todo debía estar de nuevo a punto para que los verdaderos protagonistas volvieran a ocupar sus puestos. Sólo algunos de los murales fotográficos han quedado como recuerdo de una noche para recordar.