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Melodías de mar y arena negra

Melodías de mar y arena negra

La música se cruzó, de manera inesperada en la vida de Sarabel Delgado Vega. "Crecí en el barrio de Lomo Blanco, en Las Palmas de Gran Canaria, donde por las tardes estudiaba música", recuerda Sarabel Delgado, que rememora cómo llegó una flauta a sus manos: "la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria fundó varias Bandas de Música. Mi madre me apuntó como actividad extraescolar y me cedieron una flauta porque era el instrumento que tenían en ese momento. Casualidades de la vida o no, terminé siendo flautista", cuenta. Obtiene el Diploma Profesional de Flauta con Jean François Doumerc en el Centro Integrado de Música Arenas Albéniz. A los 18 años marcha a completar sus estudios Superiores a Francia, en el Conservatoire Marcel Dupré. "Viví allí siete años y, sinceramente, ha sido la mejor experiencia de mi vida y no sólo a nivel flautístico; me vi sola en un país extranjero y únicamente sabía decir tres palabras en francés. Una auténtica aventura. El nivel del centro de estudios era alto y tuve que trabajar duro para estar a la altura, y no hablemos de la parte económica. Aunque recibí una beca de estudios no me llegaba el dinero y tenía que trabajar como canguro o tocando en cualquier evento. Fue duro pero valió la pena y aprendí muchísimo", recuerda la músico grancanaria, que recaló en la orquesta Sinfónica de Tenerife "al volver de Francia, donde compaginé mi actividad pedagógica dando clases en distintas Escuelas Artísticas Municipales de Gran Canaria trabajando como freelance y tocando con varias orquestas. Una de ellas era la Orquesta Sinfónica de Tenerife y tras pasar unas audiciones de bolsa de trabajo, comencé a tocar con ellos en calidad de Ayuda de Solista", declara Delgado, para quien Santa Cruz de Tenerife es su escapada ideal, en especial la playa de Benijo. "Es de arena negra; una playa salvaje en estado puro en la que puedes desconectar del día a día y conseguir casi que se detenga el tiempo. Se encuentra en la costa norte de Tenerife, en la zona de Anaga. Para huir del estrés del trabajo es ideal", concluye.

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