Con nuevos experimentos sonoros bajo la etiqueta del indiefolk, ¿cómo aviva Secret Fires, tercer trabajo de la banda, la llama indomable de Arizona Baby?
Creo que este es el disco más completo del grupo y el que más puntos de vista ofrece sobre nuestro mundo particular. Arizona Baby tiene un imaginario con unos códigos musicales y estéticos propios, así que hemos ido creando ventanas hacia el mundo para que el público pueda asomarse, percibirlo y escucharlo. Estas ventanas han sido, aparte de los directos, los discos. Esta ventana última, que es Secret Fires, es más amplia y se ven muchos más paisajes porque hay más sonoridades distintas y más variedad frente a trabajos anteriores, que quisimos hacer algo más lineales. Esta vez, hemos querido abrir un poco más el objetivo y darle al zoom, para darle más matices a nuestra música a través de canciones y arreglos con más serpenteo, más curvas en la carretera.
El espectro musical de la banda nace en el folk western
Por decirlo rápido, la base de Arizona Baby hoy es el rock and roll y, por esto, entiendo una música popular urbana occidental de la segunda mitad del siglo XX hasta ahora. A partir de ahí, podríamos coger desde Fats Domino hasta formas anteriores del jazz y otras formas musicales tanto urbanas como rurales. La peculiaridad de Arizona Baby es que, si bien nuestros códigos musicales parten del pop y el rock popular urbano, donde la psicodelia lo impregna todo, detrás suena también la banda sonora de muchas culturas juveniles. Todo esto es la base pero, por supuesto, hay muchos flirteos con lo folclórico y con lo popular rural. Ahí entramos en el primigenio blues del Delta y formas del country, del gospel y de músicas tradicionales, incluso de nuestra propia geografía. A veces, se asoma desde algún giro flamenco hasta un ritmo de la jota castellana, pero todo aparece camuflado o, más bien, mezclado, porque nadie quiere camuflar nada, nos gusta que todo esté a la vista y al oído. No somos dogmáticos ni seguimos parámetros que nos ciñan a un único estilo. Por eso, nos parece interesante destacar que no somos el típico grupo de country, de rock and roll o de grunge acústico aunque, en el fondo, podamos ser un poco de todo. Obviamente, todo eso está ahí y confluye para hacer lo que somos.
Junto a esta apuesta por los sonidos de raíz tradicional, ¿hasta dónde alcanza la vocación internacional de Arizona Baby?
Creo que la melodía, el ritmo y todo ese espíritu pop que se mezcla con músicas viajeras y de raíz aportan, en general, una visión muy internacional del grupo. Nosotros tenemos una visión muy internacionalista y, bajo esta vocación, no sólo intentamos abrirnos al mundo, sino que buscamos que el mundo esté también en conexión con nosotros. Por lo tanto, nos gusta ser muy abiertos y catalizar nuestros estímulos a través de los instrumentos y canciones. Esa es la búsqueda constante que nos mueve como grupo: seguir incorporando sonidos y seguir creciendo como artistas para hacer mejores canciones y que, en la medida de lo posible, lleguen a más gente.
Con respecto a trabajos anteriores, ¿puede ser que Secret Fires
Puede ser, puede ser. Por mi parte, que soy quien escribe las letras, veo que, así como vas mejorando en los instrumentos que tocas, también vas evolucionando como letrista. Creo que cada vez alcanzamos nuevas cotas en las letras y quizás en este disco último he logrado una mayor belleza lírica. Y esta se combina con una mayor apertura temática, que abarca temas que van desde la espiritualidad hasta las declaraciones de amor o manifestaciones de puro desencanto, indignación o enfado.
El sello que estampa Arizona Baby en su marca es "austeridad sonora y filosofía básica".
Es que, al final, siempre estamos con los grandes temas a vueltas, como el amor, el odio, la vida, la muerte y el paso del tiempo. A todas estas cuestiones las denominamos "filosofía básica" desde nuestro primer disco. Pero ahora también se ha colado cierta preocupación más inmediata por el entorno que nos rodea a nivel sociopolítico, porque nadie escapa a la indignación y, a su vez, a la ilusión por que las cosas puedan cambiar. Eso sí, desde lo más mundano hasta lo más elevado, intentamos no ser rimbombantes e ir al grano, aunque hablar claro y directo no impide el uso de alegorías y figuras literarias para poder embellecer ese conjunto que es la canción.
¿Por qué se definen en su carta de presentación como "el grito de Munch frente a un mundo enfermo"?
[Risas]. Pues me parece una buena definición y siempre agradezco al periodista que lo comentó en la hoja de prensa para Subterfuge Records. Creo que está muy bien descrito porque cada uno interpreta de una manera única el grito de Munch. En mi caso, lo interpreto un poco como un grito de angustia vital ante lo incierto, lo desconocido o lo que directamente te asusta. El mundo está enfermo por muchos motivos y creo que nadie es ajeno a ello. Por eso, hay que hacerse chequeos e ir al médico de vez en cuando para no descuidar la salud del mundo.
Con todo, ¿Secret Fires
La verdad es que ese era nuestro mayor sueño al hacer este disco. Como banda, queríamos dar un paso adelante y apostar por seguir afianzando nuestra carrera. Creo que esto se está consiguiendo y lo vemos, sobre todo, en la aceptación que ha tenido el disco y en la vibra, el feeling y la atmósfera cargada de electricidad que se percibe en los conciertos y que viene del público, que está respondiendo de una manera extraordinaria. Cada vez se da un acercamiento mayor con el público y cada vez hay más gente que se une a la familia Arizona Baby. Nos sentimos muy respaldados y agradecidos a toda esa gente que sigue propagando el fuego de Arizona. En definitiva, estamos orgullosos de que la gente esté orgullosa de recomendarnos y ojalá este disco no sea sólo la consolidación, sino el comienzo hacia nuevos pasos dentro de este gran momento que estamos viviendo.
