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En la línea de fuego

Phil Klay, exmarine de la guerra de Irak, sorprendió a todos con su primer libro 'Nuevo destino', publicado en España por Literatura Random House

En la línea de fuego

Puede que las heridas de guerra, de cualquier guerra, no compensen, pero la depresión crónica, si uno sobrevive a ella, puede acabar convirtiéndole en un escritor de éxito. Y si no, que se lo pregunten a Phil Klay, un ex marine y veterano de la guerra de Irak, cuyo primer libro, Nuevo destino, galardonado con el National Book Award de ficción en 2014, se ha convertido en una obra emblemática, a la manera de Adiós a las armas de Ernest Hemingway o Los desnudos y los muertos de Norman Mailer. Nuevo destino, recién publicado en España por Literatura Random House, es un interesante libro de relatos en el que Klay narra, con pelos y señales, su experiencia y la de otros soldados americanos en la primera línea de fuego de las guerras de Irak y Afganistán.

A pesar de que ya estamos curados de espanto, Nuevo destino tiene un punto estremecedor, a medio camino entre la memoria sentida y el reality show, que agarra al lector y le obliga a leérselo de cabo a rabo: "Algunos dicen que el combate consiste en un 99 por ciento de aburrimiento absoluto y un 1 por ciento de puro terror. Los que dicen esto no están en la PM en Irak. Por las carreteras, iba todo el tiempo asustado. Tal vez no puro terror, eso es para cuando las bombas estallan realmente, pero sí una especie de terror de baja intensidad que se mezcla con el aburrimiento. Así que sería un 50 por ciento de aburrimiento y un 49 por ciento de terror del normal, que es la sensación general de que podrían morir en cualquier momento, y de que todo el mundo en este país quiere matarte. Y luego, por supuesto, está el 1 por ciento de puro terror, cuando el ritmo cardíaco se te dispara y tu campo visual se cierra y las manos se te quedan blancas y todo el cuerpo te zumba".

En los doce relatos que componen Nuevo destino, que toma el título del primero de ellos publicado en la prestigiosa revista literaria Granta en 2011, Klay recurre a un registro de voces variopinto para dar cuenta de lo que siente un soldado en combate. Nada de tramas milimétricas, nada de recreación histórica, nada de estrategias militares: ir directamente al grano. Y ese grano se llama experiencia, conocimiento adquirido por las circunstancias o situaciones vividas, que la historia y las grandes palabras olvidan. En el roce que se produce entre los datos de la realidad (la guerra y sus siglas: AK, COIN, IED, KIA, OLI, PV2, SAW, TEPT, WIA, etc.) y las ilusiones de los soldados (unos jóvenes que empiezan a vivir), es donde el libro de Klay adquiere verdadera relevancia.

Heredero de cierta corriente naturalista de la literatura americana que se podría remontar a Thoreau y, sobre todo, al Whitman de Días ejemplares de América, en el que el poeta dejó constancia del profundo horror que le causaba la Guerra de Secesión, el carácter de ex marine de Klay no parece ser ni remotamente un dato más en su currículo, sino algo esencial. Uno puede imaginarse a Klay tomando notas de cosas sin importancia que ve, oye o intuye al pasar: un hombre casi transparente que se comporta como el protagonista de El testigo oidor de Elias Canetti: "Llega, se queda en pie, se desliza sin ser visto hacia un rincón. [...] Oye lo que hay que oír y se aleja, inmutable y ausente. Nadie pensaría que ha estado allí: ¡con tanta habilidad desaparece!, y helo ya en otro lugar".

Todos los protagonistas de los relatos de Nuevo destino son soldados. Todos se encuentran, de grado o por fuerza, en algún lugar de Irak o Afganistán. Todos también sufren de extrañamiento y cumplen con un ritual cotidiano que revivirían durante toda su vida: del choque de ambos se desprenden las chispas que iluminan cada historia, cada escena, y siempre en escenarios acusadamente peligrosos: "Esta mañana nuestro cañón ha descargado unos cien kilos de ICM en un control de contrabando diez kilómetros al sur. Nos hemos cargado a un grupo de insurgentes y luego hemos ido a comer a la cantina de Faluya. Yo he tomado pescado y habones. Intento comer sano". En definitiva, se trata de un excelente libro que no debería pasar desapercibido. Intenten leer sano.

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