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cómic

El país de los sueños

Eric Shanower y Gabriel Rodríguez realizan un homenaje al gran clásico del noveno arte 'Little Nemo in Slumberland'

Una de las viñetas de 'Little Nemo, regreso a Slumberland' . LP / DLP

¿Quién no recuerda los impresionantes sueños de su infancia? En el primer periodo de la existencia se posee una inagotable imaginación que disminuye según se van cumpliendo años y se pierde en la pubertad. Por eso Little Nemo, regreso a Slumberland es más que un cómic, ya que supone la oportunidad de ser un niño y todo lo que eso significa, de recorrer mundos inexistentes sin descanso, viviendo las aventuras más intensas.

Pero como el propio título índica, esta aventura es también un regreso a la tierra del sueño creado por el historietista norteamericano Winsor McCay en 1905, que no sólo es uno de los cómics más influyentes de la historia, sino el primer gran clásico del noveno arte. Afortunadamente esta versión respeta el original, y el protagonista no sólo conserva su nombre, el pequeño Nemo (que en latín significa nadie), sino sus buenas costumbres. Aunque no vista el mismo pijama, ya muy anticuado, en su dormitorio no vemos ninguna consola de videojuegos, ni un ordenador personal, ni siquiera un móvil, sino un balón, un guante y un bate de béisbol y varios libros. Del mismo modo, el guionista Eric Shanower y el dibujante chileno Gabriel Rodríguez, reproducen la gran capacidad de McCay de crear sofisticadas arquitecturas inspiradas en el diseño modernista, que estaba en boga durante los años en los que se publicó el cómic original.

Esta presencia artística es algo normal porque el modernismo fue muy practicado en las artes gráficas, y por eso muchas criaturas fantásticas recuerdan a las imaginadas por aquellos artistas en su estilización, delicadeza y gracilidad. Incluso varias viñetas guardan una gran similitud con los pósteres del pintor checo Alfons Mucha y con los afiches del artista gráfico belga Henri Privat-Livemont.

Realizado con un deslumbrante colorido, el lector reconocerá en varias edificaciones las construcciones imposibles del holandés M. C. Escher como en la que en el cómic se denomina La torre teselada, y que combina las litografías de este autor, junto a las de Belvedere y La torre de Babel. Poco después el pequeño Nemo se mueve en un espacio inspirado en La casa de las escaleras también del mismo Escher. En la página posterior, el protagonista y su amigo Flip tienen que atravesar cuatro viñetas inspiradas en las xilografías Metamorfosis I, Aire y agua I, Aire y agua II, y Metamorfosis II, para después huir de una persecución por las escaleras de la azotea que alude a la famosa obra Ascendiendo y descendiendo. Little Nemo, regreso a Slumberland es una obra sorprendente que recibió el premio Eisner en la categoría de Mejor Serie Limitada. Un galardón merecido para una obra a la altura del original.

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