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arte homenaje en bellas artes

Un aplauso al maestro y amigo

Martín Chirino recibe el elogio y las principales distinciones de la Real Academia Canaria de Bellas Artes en un acto celebrado en Santa Cruz de Tenerife

Un aplauso al maestro y amigo

La Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel, con sede en Santa Cruz de Tenerife, recibió ayer al escultor grancanario Martín Chirino en un acto solemne en el que se le homenajeó por su trayectoria artística. El herrero de la espiral recibió numerosos halagos, recuerdos y, sobre todo, mucho cariño por parte de los asistentes y en especial de sus cuatro colegas también miembros de la Corporación que intervinieron en el acto: Leopoldo Emperador Alzola, Ángeles Alemán Gómez, Vicente Saavedra Martínez y Guillermo García-Alcalde.

Después de la bienvenida, el primero en subir al atril fue el también escultor grancanario Leopoldo Emperador Alzola, quien aseguró tener a Chirino, desde su juventud, como referente, "pero, sobre todo, como amigo". A continuación el artista contó una emotiva fábula acerca de un joven que buscaba al maestro, refiriéndose a él mismo y a Chirino, mostrando al homenajeado como a un sabio creador que es sorprendido por el neófito mientras pinta con el dedo espirales en la arena.

Ángeles Alemán, profesora de Historia del Arte de la ULPGC y crítica, hizo un recorrido por la trayectoria del escultor, enalteciendo a los alisios "compañeros de sus primeros años en la Playa de Las Canteras" y que "sin duda han ido marcando su trayectoria vital y artística". Alemán habló de esos comienzos en los que Chirino hizo las maletas junto a Manolo Millares y otros artistas para buscar cultura fuera de las Islas. "El silencio del público canario en los años 50 se les hacía insufrible", comentó la profesora, quien también destacó a Julio González como uno de los primeros referentes de Chirino. Alemán habló de la "paradójica ligereza de sus hierros, la permanente obsesión por la belleza y el equilibrio" del maestro miembro de honor de la Academia. La amiga del homenajeado aseguró que "haber visto, como algunos hemos tenido la fortuna, a Martín Chirino golpeando el hierro candente con el martillo, es lo que explica y desentraña, de manera profunda, la belleza de sus esculturas".

El arquitecto tinerfeño Vicente Saavedra quiso recordar en su intervención "cómo conocí al autor y a su obra hace más de 50 años". El también amigo de Chirino habló de sus encuentros, los viajes que lo llevaron hasta él y la descripción de algunas de sus piezas desde una mirada arquitectónica. Contó Saavedra una visita al taller del artista en San Sebastián de los Reyes, en donde le llamó la atención especialmente una de las obras del homenajeado. Esta pieza fue expuesta, años más tarde, en una exposición colectiva en el Museo Municipal de Santa Cruz. "La adquirimos y ha permanecido en nuestro estudio más de 40 años", aseguró este amante del arte. Como no podía ser de otra manera, Saavedra, presidente de la Sección de Esculturas del Colegio de Abogados con sede tinerfeña, recordó la construcción del edificio de la actual Rambla de Santa Cruz en los años 70. "Propusimos a la Junta del Colegio la contratación de Chirino para realizar una escultura que pusiera en valor el espacio público que cubría las plantas del sótano", contó. Es de esta manera cómo acabó Chirino creando a Lady Tenerife, que en un principio se llamó My Lady, para ser la guinda -roja- de esta plaza.

Contó el chicharrero cómo echaron de menos la escultura a principios de año cuando pasó tres meses en restauración gracias a la Fundación CajaCanarias. "Quedó un vacío", aseguró. Y es que la importancia de esta pieza reside en que fue el detonante "que sirvió para la organización de las Exposiciones Internacionales de Escultura en la Calle de los años 1973 y 1995".

Terminó el turno de intervenciones el periodista y musicólogo Guillermo García-Alcalde. Tras la entrega del diploma y la medalla correspondiente, Chirino habló de su pensamiento y obra, donde habló de las influencias, sus viajes y de lo canario que se siente. Cerraron el turno de intervenciones el alcalde de la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez, y la presidenta de la real corporación canaria, Rosario Álvarez.El acto concluyó con el piano de Javier Lanis.

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