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Dos caras de un rito cruento

'The english cock', ideada por Humberto Vélez, muestra la convivencia de lo arcaico y lo moderno con las fotos de David Williams y el corto de Rafael Marrero

Dos caras de un rito cruento

El gallo de pelea canario es conocido popularmente como "gallo inglés" entre los aficionados a las peleas de gallos porque fueron los británicos quienes lo introdujeron en el Archipiélago. The english cock, el gallo inglés, es precisamente el título de la exhibición que el artista panameño, pero residente desde hace mucho tiempo en Inglaterra, Humberto Vélez ha realizado sobre esta raza de pollos domésticos caracterizada por su comportamiento agresivo y que se cría con el objetivo de enfrentar a los machos entre sí.

Humberto Vélez conocía la cultura isleña por haber realizado una performance acerca del fisicoculturismo en el centro de arte La Regenta. Recientemente vino a investigar sobre temas canarios y decidió trabajar acerca las peleas de gallos al fascinarle por ser un mundo en el que conviven a partes iguales lo arcaico y lo moderno, lo raizal y lo contemporáneo.

Ciertamente en un campo de la sociedad en el que el enfrentamiento entre estas dos facetas se muestra de manera más descarnada es en las relaciones con los animales. Pero en ningún caso consiguen la expresividad que alcanzan en la tauromaquia o las peleas de gallos, en donde la práctica supera sus límites deportivos para convertirse en todo un rito cruento que adquiere de manera propia un contenido sagrado, sangriento y erótico.

Hay que tener en cuenta que las peleas de gallos sólo existen en Andalucía, Baleares, la región francesa de Norte-Paso de Calais, algunos países de Latinoamérica y Filipinas, debido a que han sido progresivamente prohibidas en muchos países. Este fue uno de los aspectos que fascinó a Vélez, que se perdiese en el Reino Unido cuando fueron prohibidas en 1835 en todo el Imperio Británico menos Escocia, donde la prohibición se realizó 1895, y que a pesar de eclipsarse en el país de sus introductores en el Archipiélago, se siguiese conservando aquí. Que el título de la exposición esté en inglés supone un guiño a esta paradoja.

La exhibición está dividida en dos partes, por un lado dieciséis fotografías que sorprenden por su profundo esteticismo. Son de formato digital, pero las impresiones expuestas han sido realizadas en alta calidad, ya que cuentan con una pigmentación especial. Las fotos son del relevante fotógrafo canadiense-británico David Williams, que fue invitado por Humberto Vélez para que realizase las fotos a partir de sus ideas. El objetivo de esta primera sección ha sido la de crear una obra preciosista con gallos de pelea en la que se muestra la faceta más bella de la doble cara de las pelea de gallos, porque la fotografía es muy detallada, atractiva y enormemente clásica, hasta el punto que las fotos parecen cuadros pictóricos

La otra cara de las peleas de gallos, la más violenta, se muestra en un cortometraje de dos minutos y medio en color, realizado en súper 8, aunque presentado en formato vídeo. Ha sido filmado por el realizador canario Rafael Marrero que cuenta con una amplia experiencia en televisión y el ámbito documental A las hipnóticas imágenes fílmicas se une, como un elemento que añade intensidad, la música del compositor macedonio Nikola Kodjabashia, de naturaleza muy dramática. Con este contrapunto fílmico Humberto Vélez busca mostrar todo lo que supone una pelea de gallos, y no exponer únicamente la belleza de los gallos de pelea que muestra en las fotos.

De esta forma The english cock no supone en ningún momento una aproximación antropológica o moralista de las peleas de gallos, sino que trata de contrarrestar esa concepción idealista de la cultura que cree que es exclusivamente civilizada y que soslaya e incluso niega que todavía hay en ella un fondo de primitivismo que es tan fascinante como bello.

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