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CONTRA LOS PUENTES LEVADIZOS

Oriente a la vista

El escritor francés Mathias Énard. LP / DLP

Diez días antes de los atentados de París perpetrados por terroristas islámicos el 13 de noviembre y en los que murieron 137 personas, el escritor francés Mathias Énard, especialista en las culturas árabe y persa, ganó el premio Goncourt 2015 con su novela Boussole (La brújula), protagonizada por un musicólogo austriaco especializado en la música del cercano Oriente y su influencia en Occidente. Durante una noche de insomnio, el musicólogo viaja por las espesas aguas del tiempo a Estambul, Teherán, Damasco y Alepo, ciudades que han marcado su biografía intelectual y sentimental. En La brújula, que Literatura Random House publicará en 2016, no hay inocentes y culpables, sólo hombres usados por las circunstancias, abocados a un diálogo de sordos entre las dos orillas del Mediterráneo.

Hasta ahora a Énard se le admiraba por tres obras inclasificables (si por inclasificable entendemos aquello que se resiste a la disección paralizante), La perfección del tiro, en la que el autor seguía a un francotirador de dieciocho años en un país imaginario muy parecido al Líbano; Manual del perfecto terrorista, donde la violencia continuaba constituyendo un elemento fundamental; y la que lo consagró, Zona, las falsas memorias de un espía destinado a la región mediterránea, cuyas palabras (en realidad se trata de una sola frase de 400 páginas) convocan a autores como Céline, Lowry, Burroughs, a militares como el español Millán Astray, fundador de la Legión, o poetas como el americano Ezra Pound, condenado por lanzar soflamas fascistas contra su propio país durante la Segunda Guerra Mundial.

No es frecuente que tres novelas que tienen mucho que decir sobre el momento actual como La perfección del tiro, Manual del perfecto terrorista y Zona estén descatalogadas en España, pero ocurre. Por el contrario, las novelas menos "políticas" de Énard, aquellas que rezuman pasión por el arte y la literatura todavía pueden encontrarse en las estanterías de las librerías. Es el caso de Habladles de batallas, de reyes y elefantes, en la que el escritor francés narra uno de los episodios menos conocidos de la vida del genio renacentista Miguel Ángel Buonarrotti, su huida a Constantinopla, donde desembarca el 13 de mayo de 1506 invitado por el sultán del imperio otomano Beyazid II.

Habladles de batallas, de reyes y elefantes es una pequeña joya diseñada para su propio disfrute por un excelente orfebre: "La noche no conduce al día. Arde en él. Al alba la llevan a la hoguera. Y con ella a sus gentes, los bebedores, los poetas, los amantes". Para Énard escribir es un proceso de alquimia en el que tiende hacia una perfección inalcanzable y donde la piedra filosofal es la palabra. Nunca le parece suficiente el esfuerzo que hace para conseguir la palabra exacta, incluso para reducir el número de palabras que emplea para plasmar la misma idea, como en su novela El alcohol y la nostalgia, en la que acompañamos a Mathias, el narrador, en un viaje a bordo del transiberiano de Moscú a Novosibirsk que termina siendo un auténtico viaje interior. Un viaje catártico en el que el autor acorta las distancias más que nunca en una carrera contra la comodidad y el olvido.

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