La Provincia - Diario de Las Palmas

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CONTRA LOS PUENTES LEVADIZOS

Ajustando las tuercas

Deborah Kerr en la adaptación cinematográfica de 'Otra vuelta de tuerca'. LA PROVINCIA / DLP

En uno de los ensayos contenidos en The Well-Educated Mind [que en Planeta han traducido como Cómo ser culto, tal como si fuera un libro de autoayuda, en vez de La mente bien educada], Susan Wise Bauer dice que "leer las primeras palabras de una novela es como vislumbrar la primera grieta de luz en el contorno de una puerta que se abre". El lector bien preparado sabe que las primeras palabras de una novela empiezan en el título. Y si hay un título que más discusiones o más insistentes reflexiones ha provocado ese es The Turn of the Screw, la historia de fantasmas de Henry James, que José Bianco tradujo en 1945, en la primera edición en español, como Otra vuelta de tuerca, convirtiéndose no sólo en un título canónico por derecho propio, sino también en una locución feliz por la rapidez y generalidad con que fue aceptada en otros ámbitos.

Todo esto viene a cuento de la reciente edición de la novela de Henry James en Libros del Asteroide con un nuevo título, La vuelta del torno, que a mí, siento decirlo, me parece una aberración, tanto o más que la prolija justificación de la editorial: "La traducción literal sería La vuelta del tornillo, un título que hasta la fecha nadie ha empleado, pero que al contrario que Otra vuelta de tuerca ("otra" es un añadido de difícil justificación) sí guardaría algo de la connotación sexual reprimida de la época victoriana que se puede adivinar en el título original. El sentido del título original tiene claramente que ver con la violencia, "screw" significaría tanto extorsionador como extorsionar o aplicar violencia sobre algo o alguien. Ambos sentidos difícilmente los puede transmitir una tuerca, pero sí un torno o potro de tortura".

Publicada por primera vez en 1898, Otra vuelta de tuerca tiene una mención directa a su título en los primeros párrafos: "Estoy completamente de acuerdo... en lo referente al fantasma de Griffin o lo que fuera... que el hecho de que se apareciese primero al niño, a tan corta edad, le añade un toque especial. Pero no es el primer caso de tan encantadora índole en el que se ha visto involucrado un niño. Si la implicación de un niño le da a la historia otra vuelta de tuerca, ¿qué dirían ustedes de dos niños? Diríamos, por supuesto -exclamó alguien-, ¡que dos niños le dan dos vueltas! Y también que queremos enterarnos de lo que les pasó". (De la traducción de Juan Antonio Molina Foix realizada para Cátedra).

La edición de Libros de Asteroide, a cargo de tres traductores, Alejandra Devoto, Jackie DeMartino y Carlos Manzano, parece realizada para no coincidir en absoluto con las ediciones anteriores, y, si me apuran, hasta con la edición original, invirtiendo a veces el orden de las frases en un párrafo, enmendándole el estilo al autor de Retrato de una dama, proponiéndole el adecuado, y no sigo. Prefiero hacer como Chéjov, que le escribió una vez a un amigo suyo que le reprochaba no condenar de forma más explícita a los cuatreros: "Verás, para describir a unos ladrones de caballos en setecientas líneas debo todo el tiempo hablar y pensar en su tono y sentir con su espíritu". Basta con saber quiénes son.

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