Juan Formell, el fundador y director durante más de cuatro décadas de la legendaria orquesta cubana Los Van Van, falleció el pasado mes de mayo a los 71 años de edad. La muerte del líder y fundador de la mejor banda de songo y timba, estilo también conocido como salsa cubana, supuso un trauma para los amantes de la música. Por este motivo, el primer trabajo que sus excompañeros ha publicado sin su liderazgo, le rinde homenaje desatando la grabación más consistente y minuciosa que han realizado en mucho tiempo.

Desde el primer tema, Soy añejo, hasta el último, Soy Van Van, los temas muestran ese interés por mantener su esencia entre clásica y moderna en la que se puede percibir desde el sonido Broadway de los años cincuenta hasta esencias del tango latinoamericano. Títulos como Somos diferentes, Me basta con pensar, o Voy a decirte cosas siguen siendo un ejemplo sobresaliente de cómo abordar el son con elementos tomados del jazz y el rock, con una diseño rítmico en la percusión combinado con una secuencia de piano y bajo únicos en su terreno. Otros como Bótalos y guarda, o La fantasía contienen esos timbres armónicos y melódicos tan excitantes que han arrasado en el contexto de la salsa por sus contagioso ritmo, alegría y buen gusto. Formell denominó songo a su música, que supo modernizar dando juego a la guitarra eléctrica, la batería, el sintetizador y hasta los ritmos programados. Permitió libertad creativa a músicos talentosos de su orquesta como el percusionista Changuito, el sonero Pedro Calvo, el pianista Pupy Pedroso o el flautista José Luis Cortés, luego fundador de la NG La Banda. Todos conservan el sello del maestro en este trabajo impregnado de esa magia capaz de atrapar a cualquier amante de la buena música.