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Entrevista a Daniel Morales

"Invierno' explora el poder de convertirnos en lo que queramos"

"Tras trabajar con Daniel Abreu sentí la necesidad de indagar en la naturaleza, en su propio movimiento", asegura el bailarín y coreógrafo

"Invierno' explora el poder de convertirnos en lo que queramos"

Uno de los rasgos que caracterizan a sus interpretaciones es el gran aprovechamiento que hace de la música que elige.

En una entrevista que le hicieron una vez, Natalia Medina decía que en danza contemporánea, lo que se busca es innovar en los lenguajes. Y yo estoy de acuerdo; pero además siento que necesito la música. Siento que necesito ese hilo musical; y si es ruido, hay que saber bailarlo. Usted lo ha dicho antes, yo nací ahí, en el hip hop. De hecho, en "Invierno", lo primero que tuve claro fue la música. Luego me puse a componer.

Daniel Abreu concibe su trabajo con los bailarines de un modo muy físico. Los lleva hacia sus propios límites, ya sea poco a poco o abruptamente, para después volver hacia atrás y recoger lo aprendido. De Daniel Morales dice que es "un currante".

En mi vida hay un antes y un después de mis experiencias con Daniel en el Laboratorio de Danza del Auditorio de Tenerife; como bailarín y también como creador. Él cambió mi comprensión de la composición coreográfica; me ayudó a verla desde un sitio que era desconocido para mí. Él trabaja con la persona, te moldea. Después de trabajar con él sentí una necesidad grande de sacar algo. Me abrí mucho interiormente y al final sentí que ese algo tenía que ser el invierno; no sé bien porqué. Pero sí sentía esa necesidad de indagar en el propio movimiento de la naturaleza, en cómo nos afectan sus cambios, en cómo afecta a un árbol. De hecho, al principio soy un árbol cuyas ramas son mis brazos, pero luego puedo convertirme en aire, niebla, nieve que cae, desdibujarme y volverme a dibujar. "Invierno" explora esa posibilidad de convertirnos en lo que queramos. Explora la fuerza de la naturaleza y sobre todo, su delicadeza. Es una pieza muy frágil, muy delicada, y me siento superapoyado en ella.

Ese momento en el que empiezan a moverse las manos expresa inequívocamente los primeros impulsos de la naturaleza que se renueva.

Gracias. Y además, el principio de la pieza es un poco monstruoso, ¿no?. Una persona que parece no tener cabeza, de quien no sabemos si es un chico o una chica, si está de espaldas o de frente. Sí, ese es el despertar, los brotes [risas].

En "Aún no", el solo que bailó en la antigua Plaza de los Patos, ¿Qué relación tiene el título escogido con lo que nos cuenta en inglés la voz en off?

El narrador explica que cuando era pequeño todos los veranos jugaba con su abuela al Monopoly y siempre perdía; hasta que un año se esmeró y aprendió a jugar. Así, cuando el siguiente verano volvió a jugar con su abuela ganó... pero absolutamente. Entonces ella le dijo: "ahora tengo algo más que enseñarte. Todo eso que has ganado va a ir a la banca; ni tus casas ni tus hoteles, ni tus coches, ni tu ropa ni tu cuerpo es tuyo, porque hoy por hoy pertenece a las grandes empresas". Esta voz y los sonidos que se escuchan al principio de la coreografía han sido tomados del comienzo de la tercera parte de "Zeitgeist", la trilogía de documentales creados por Peter Joseph. El título, "Aún no", lo escogí porque a todos nos encanta decir: en pleno siglo veintiuno...

¿Se refiere a eso de "parece mentira que en pleno siglo veintiuno todavía.."?

Sí. Y entonces yo digo: parece mentira que en pleno siglo veintiuno aún no seamos capaces de conseguir la felicidad por lo que hacemos, por lo que somos, parece mentira que sigamos pensando más en el ser que en el tener. Parece mentira que aún no hayamos despertado. Por eso doy vueltas a la plaza durante la interpretación de la coreografía, para expresar que estamos metidos en un bucle que siempre nos lleva a acabar en el mismo sitio. Y por eso al final me voy de la plaza, porque no quiero formar parte de esto.

Al final de la pieza, momentos antes de marcharse, hace varias veces un gesto con el que parece rendirse, levantando las manos para mostrar que ya no tiene intención de hacer daño.

Lo que quiero decir es "este soy yo, estas son mis manos, no tengo nada. No necesitas saber nada más de mí: de dónde soy, cómo soy... para entender que yo soy igual que tú". Hay partes de la pieza en las que también se representa un conflicto que tengo con mi yo. Cuando con las manos simulo que apunto a otros con una pistola y también a mi mismo, estoy tratando de mostrar tanto la manipulación a la que somos sometidos como aquella que nos autoinfligimos. Esa noche, mientras bailaba, yo también me emocioné mucho.

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