Cuando se afirma que en Japón un manga ha tenido éxito entre la población eso significa que las ventas periódicas no suelen bajar de los tres millones de ejemplares por número. Y esto es lo que ha sucedido con la saga Tokyo Ghouls, que demuestra el talento de su autor, Sui Ishida, para crear una historia que tenga todos los elementos para satisfacer a los seguidores de este medio: terror, humor, intriga, romance, etc. Como buen manga que se precie la historia versa sobre unos personajes que vienen entre dos dimensiones llamados ghouls, unos monstruos que se alimentan de carne humana y con los que el protagonista, Kaneki, tiene la desgracia de tropezarse. Los referentes incluye La metamorfosis o El huevo de la cabra negra, una novela dentro que le sirve al protagonista como metáfora de lo que está viviendo y que aparece constantemente en la historia. El dibujo va de los extremadamente realista las caricaturas apenas abocetadas; desde primerísimos primeros planos hasta planos generales; desde fondos planos y poco detallados hasta claroscuros realmente tenebrosos. La quintaesencia del cómic japonés moderno.
