La labor de adaptar al noveno arte una de las historias más fantásticas y complejas de Clive Barker es un trabajo arduo como pocos. Y sólo dos autores como el guionista Chris Ryall y el dibujante Gabriel Rodríguez son capaces de lograr tamaña hazaña.

La historia es tan compleja como la propia novela. Relata el descubrimiento, la transformación y el posterior enfrentamiento entre Randolph Jaffe y Richard Fletcher cuando descubren la existencia de Quid, la puerta hacia el espectáculo secreto de los sueños. El problema salpica a varias generaciones y el hallazgo de una sustancia llamada el nuncio, que multiplica la velocidad del proceso evolutivo, desatará el caos por todo el planeta. El dibujo expresionista, pero de contornos claros y definidos y con colores oscuros y siniestros, de Gabriel Rodríguez, un autor bregado en historias de zombis, es fundamental para que el guión de Chris Ryall no convierta a la historia en algo demasiado farragoso. Pero eso sí, el resultado es un espectáculo alucinante que sorprende viñeta tras viñeta al lector, que queda perplejo ante la inagotable imaginación del escritor norteamericano.