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La memoria de la piel

El artista multidisciplinar Pedro Déniz traza las huellas de sus recuerdos en un nuevo proyecto expositivo, con distintos tejidos que recaba en sus viajes

Bajo nuestra piel quedan impresas las huellas del dolor, el deseo, los lugares, los momentos y el otro. Este es el sentimiento que atraviesa Flor de piel, el nuevo proyecto expositivo que inaugura el artista Pedro Déniz (Santa Brígida, 1964) esta tarde, a las 20.30 horas, en la Galería Saro León.

Para ilustrar las formas y fantasmas que pueblan nuestra memoria, Déniz ha trazado la forma de sus cicatrices y recuerdos en distintos materiales que forman parte del archivo de sus viajes. "Lo que intento transmitir es que cada uno de esos tejidos tiene memoria", explica el artista multidisciplinar, quien distingue esta exposición como "la más íntima y personal" de una larga investigación artística "en torno al dolor y la frustración". "En Flor de piel trabajo con distintos materiales, como fragmentos de una alfombra roja o de un paño gris que traje de un mercado en Marruecos hace muchos años, que pertenecen a una serie de recuerdos personales y tienen la memoria de haber sido usados en diferentes acciones y trabajos que he realizado, junto a la memoria de su propio recorrido".

El artista utiliza la técnica del hierro caliente a través de un pirograbador para rubricar en los tejidos una hilera de dibujos y remembranzas, como un modo de suturar los recuerdos. "Los distintos tejidos han sido utilizados como metáfora de la piel, que es receptora de una serie de emociones y sensaciones que todos tenemos y que se nos graban a fuego, como un amor quebrado, una vivencia dolorosa o una traición, que se nos quedan clavados como un puñal en la memoria", indica. "El hecho es que estos tejidos reflejan todas esas marcas, huellas y cicatrices físicas y emocionales que, a lo largo de la vida, nos van haciendo mella en el organismo, porque la piel tiene memoria".

Abandono

Las distintas piezas de Flor de piel se disponen en la Galería Saro León "en una serie de cuadros y grabados no convencionales que se exhiben en fragmentos de fragmentos, y que son símbolos de la piel". "Cada uno tiene su memoria propia y yo he intervenido con la mía para crear otra realidad distinta", explica el artista.

A su vez, los grabados están arropados en la sala por un conjunto de urnas de cristal que alojan juguetes rotos y perdidos, como en una segunda vertiente de la exposición. "Aquí trabajo otra parte del dolor, que es el sentimiento de abandono", señala Déniz. "Estoy haciendo una especie de arqueología contemporánea con objetos y figuras que la gente desecha cuando alguien fallece o se muda de casa, y exhibo la fragilidad de esas figuras de cerámica que, en muchos casos, han sido abandonadas a la suerte de la memoria, como en los cuentos de Hans Christian Andersen".

"Desde la compasión hacia estos objetos, que rescato en mercadillos de segunda mano, en la calle o en la obra social; los reinvento, los incluyo en un paisaje y me invento una nueva historia a partir de la memoria que arrastran, y que yo desconozco", reflexiona el artista. "Luego, los pongo en diálogo unos con otros a la vez que los protejo con fanales, mientras acompañan al resto de la piel, como otra visión de la piel sobre esos objetos y la memoria del dolor".

Con todo esto, la muestra también encierra otras claves técnicas y discursivas, como su inserción en la contemporaneidad al utilizar "elementos cercanos a un pictograma". Además, las piezas están moldeadas a través de un lenguaje irónico, como el que vertebra el conjunto de la obra de Déniz, y que se hace eco a un tiempo del contexto sociopolítico en que se enmarca. "Me gusta ironizar sobre la idea del hueco y el vacío, así como de las huellas sociales que se quedan marcadas en la piel de muchos ciudadanos", indica el artista, quien destaca también los rasgos "existenciales" que componen la obra. "Creo que es un trabajo muy existencial, que tiene que ver con el tránsito de cada uno y que, en mi caso, refleja el punto en el que estoy ahora", concluye. "Por elevarlo a una clave poética, Flor de piel estaría dentro del punto existencial que podrían reflejar autores como Rilke, Camus o Dylan".

El origen de la exposición se inspira en un proyecto anterior, El dolor no miente, que incluyó en la muestra retrospectiva de su obra, Welcome Bridge, el pasado 2014, en San Martín Centro de Cultura Contemporánea, donde comenzó a ahondar en las aristas y posibilidades del dolor como forma artística. El grancanario es un artista poliédrico que se mueve en las artes plástica, visuales y performativas, y cuyo nombre forma parte de la galería de artistas de Saro León, en la capital grancanaria.

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