Si nombro a Peter Sutcliffe seguro que casi nadie sabrá a quien me refiero, pero si hablo del 'destripador de Yorkshire' algunos recordarán a un asesino en serie de finales de los años setenta y principios de los ochenta que actuó principalmente en ese condado del Reino Unido. Lo particular de este personaje es que sus acciones fueron consideradas la expresión de la misoginia cultural que estimula una sexualidad masculina basada en la violencia contra las mujeres. El cómic narra, a través del testimonio de una adolescente, cómo estos homicidios fomentaron todo tipo de reacciones, pero sobre todo invita a una reflexión acerca del machismo y la violencia de género inherentes a la cultura británica. El collage, el dibujo pop-art, el minimalismo, los recortables y la experimentación a través de las viñetas marcan esta obra que es todo un tratado sociológico.
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