La obra del francés Jean Giono ha vuelto a cobrar reconocimiento universal en los últimos años, después de que durante largo tiempo su pasión por la Provenza le valiese la etiqueta despectiva de escritor regionalista. Su amor por la naturaleza le ha acabado valiendo el renombre mundial de la mano de esa pequeña maravilla que es El hombre que plantaba árboles, cuyos orígenes hay que buscarlos en este Las riquezas verdaderas.