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El cultivo de un conflicto

'Viñas de Burdeos' refleja, al modo de un 'thriller', las luchas internas entre los miembros de una familia que posee un emporio vinícola en el sudoeste francés

La viticultura ha estado presente en casi todas las artes. Este universo ha brindado, nunca mejor dicho, ideas a películas tan famosas como Esta tierra es mía, la reciente Un buen año, o la taquillera Un paseo por las nubes, pero también a series como la mítica Falcon Crest, o Gran reserva, una versión española de la anterior.

Sin embargo, el noveno no se ha prodigado demasiado en dicho ámbito, porque a excepción de Los ignorantes, creado entre el diseñador Étienne Davodeau y el viticultor Richard Leroy, hay pocos ejemplos en este sentido. Por eso supone toda una grata sorpresa encontrarse con Viñas de Burdeos, ambientada en una extensa heredad ubicada en el Médoc, región vinícola francesa al norte de Burdeos famosa por la calidad de esta bebida obtenida de la uva.

Todo comienza con un funeral tras el cual algunos de los herederos de los viñedos del interfecto planean deshacerse de esta propiedad. Sin embargo, Alexandra, la única hija del difunto, decide hacerse cargo de su explotación. La decisión va más allá de los intereses crematísticos, porque ella considera que ese complicado trabajo es una ocasión única de rehacer su vida. Sin embargo todo se pondrá en su contra?

Quizás a algunos de los amantes del cómic este argumento les recuerde a algo conocido, sobre todo si sustituimos el vino por la cerveza, porque esta saga familiar guarda varios puntos en común con Los maestros cerveceros, con la clara diferencia que esta última era un magnífico fresco histórico que abarcaba desde mediados del siglo XIX, hasta a finales del XX, mientras que Viñas de Burdeos comienza a finales del 2007.

En el resto de elementos todo sigue igual, mezclando el thriller con el culebrón y las intrigas familiares, y tejiendo un argumento que termina interesando al lector que no conoce los vericuetos enológicos, pero que accede curioso a un mundo ignoto que le es explicado. Así se nos revela lentamente todo el procedimiento de elaboración del vino, desde el cultivo de las vides hasta la distribución, pasando por la producción, la maceración, el embotellado y el comercio, y comprendemos perfectamente a Kressmann cuando dijo aquello de que "existe más historia que geografía en una botella de vino". En todos estos aspectos se demuestra la capacidad como guionista de Corbeyran para trazar una historia redonda, pero el dibujo de Espé está dotado de una gran elegancia, con la extraña tendencia de reducir el tamaño de los ojos a los personajes. Por supuesto el color de Dimitri Fogolin merece una mención específica.

Todo un viaje a la cara oculta del mundo de la viticultura y una revelación de las verdades que se ocultan entre los viñedos. Eso sí, para conocerlas con exactitud, hay que apurar el cáliz hasta el final, porque como asegura el proverbio latino In vino veritas.

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