Flaubert no sólo escribió una de las novelas más bellas de su siglo, sino que tejió un sintagma de merecida fama y enorme resonancia. Quién no ha sentido en su vida la verdad que conjugan estas palabras. Cuántas obras de arte no podrían cobijarse al amparo de la fórmula flaubertiana, pues no son sino la plasmación de educaciones sentimentales. Valga esta premisa para situar el ámbito en el que transcurre El hermano del famoso Jack, la primera novela de Barbara Trapido, aparecida en 1982, y que Libros del Asteroide rescata para el lector en español.
Tras la resaca del swinging London de los años 60 del pasado siglo, familias como los Goldman, no muy alejadas del ideal fabiano que sacudió los cimientos de la era victoriana aunque con las características de su propio tiempo, época en que la psicodelia, el antimilitarismo y el rock habían dejado impronta indeleble, reflotaron a la superficie para poblar un ecosistema construido sobre felices extravagancias y órdenes alternativos. A ese conglomerado de cultura, naturaleza, ética, anarquía, domesticidad y salvajismo formado por el matrimonio Goldman y sus seis hijos, llega la joven Katharine para descubrir cómo su sabiduría pequeñoburguesa, formada en los moldes de una casa con bibelots y ambiciones respetables, entra en conflicto, de forma catastrófica y a la vez de manera gozosa, con la realidad polimórfica y a menudo insostenible de sus flamantes interlocutores.
La novela se mueve en dos frentes: la formación y desarrollo de Katharine por un lado; los puntos de tangencia en que la protagonista tropieza con uno, con varios o con todos los Goldman a lo largo de un par de décadas. De la dialéctica entre un personaje individual y otro que, sin ser múltiple, a menudo opera como tal, brota la peculiar alquimia de este texto, tan intenso y audaz en sus diálogos como diáfano y conservador en su estructura. Y aunque son muchos los temas que asoman a la novela de Trapido, merece la pena detenerse en aquellos que la vinculan con asuntos históricamente ligados al feminismo, como la búsqueda de una habitación propia, el conflicto entre el conservadurismo de la especie y el egoísmo del individuo, y la paradoja de la sujeción de la mujer incluso dentro de aquellas élites intelectuales que deberían estar libres de prejuicios de género.
Este conjunto de intereses hace de El hermano del famoso Jack un texto notable para definir algunas líneas maestras de un tema que todavía hoy permanece sin solución: la delimitación del instante en que el discurso masculino deviene dominación y la dolorosa aporía a la que conduce la actitud de muchas mujeres hacia sí mismas, actitud que mantiene a tantas de ellas en una minoría de edad consentida y promovida desde el propio grupo en lo que a su emancipación se refiere.
Faltaban sólo tres años para que, en 1985, estos elementos cuajaran en una de las grandes novelas del siglo, La buena terrorista, de Doris Lessing. Aunque esa, desde luego, es otra educación sentimental.
