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Novedades

Alberto García Saleh

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El segundo trabajo de este joven grupo neoyorkino es un magnífico ejemplo de cómo convertir a un género como el dream pop, tan apreciados por los amantes de la sonidos más exquisitos y preciosistas, en un género amable para cualquier oyente. Con un talento melódico realmente prodigioso, las canciones de este disco acogen numerosas lecturas con referencias como Cocteau Twins, Lush, Pale Saints, o Galaxie 500 siempre adaptadas a un decálogo propio que se expresa con sensibilidad y talento. Así, hay algo de lo mejor de los primeros Garbage en Valentine, un tema que por si solo ya eleva a este álbum a la categoría de imprescindible. Los músicos son capaces de entrar por la mejor neopsicodelia en la canción que titula el álbum y de regenerar de forma refrescante el legado que dejaran durante los noventa formaciones como Coldplay, Radiohead, Travis o Muse en Under the sun o Incarnate devil. Una obra de extremada belleza que supone volver a confiar en el pop como un medio vitalista y emocional.

Con un nombre entre polémico y reivindicativo, este grupo procedente de Menorca presenta un primer disco, tras varios EP, en el que no esconden sus verdaderas intenciones, que parte de un decálogo preciso y contundente consistente en ser fiel al rock de guitarras de clara vocación underground con un sonido que se puede clasificar como hardcore-punk- funky y con una filosofía similar a los Damned o Dead Boys en el ámbito anglosajón o a la Polla Records o Decibelios en el nacional. De Dead Kennedys a Sunny Day Real Estate. O de Linkin Park a Green Day, el grupo presenta una metralla sónica que no decae en ningún momento. Así, la contagiosa Sangoneres podría pasar como una canción de Negu Gorriak. Ferralla o La festa al senat recuerda a los primeros Fugazi. Incluso meten algún deje heavy en canciones como Aiguarrás. Otros temas más elaborados como La missió de L´home o Miracles del passat podrían pasar como canciones de grupos algo más de culto del estilo de El Desván del Macho.

El nuevo proyecto de Enrique Godino resulta coherente con su trayectoria siempre centrada en un pop de referencias exquisitas e imperecederas. Así sucedió con los anteriores propuestas de Cohete, Jonson & Jonston y Detergente. En esta ocasión, se trata de una excelente colección de canciones que tienen su mirada más fija en formaciones de los 60 y 70 como Byrds o Flying Burritos Brothers, el folk y la psicodelia californiana como demuestra la contagiosa Nos vamos, la nostálgica Aquel rapapá que apareciera en el grupo Los Royalties, o la amable Fiesta de niños que podría pasar perfectamente por un tema de los Shadows. La propuesta, cien por cien melódica, logra sus mejores momentos en la divertida A contramarcha, con un juego de guitarras cien por cien New Wave, o en Una historia corta y Cuenta hasta diez especialmente recomendados para aquellos que sientan nostalgia de grupos de los noventa con una personalidad muy clara y singular como Caballero Reinaldo, El Niño Gusano, Tachenko.

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