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AMALGAMA

Jethro Tull y Feuerbach

Uno de los momentos más álgidos de la filosofía española, todavía, lo vemos en la aportación de Antonio Escohotado, y no de su historia sobre las drogas

En la consuetudinaria reunión filosófica de esta semana, uno de los más perspicaces de nuestros colegas, aludió a la canción de Jethro Tull de marzo de 1971, hace ahora 45 primaveras, perteneciente al álbum Aqualung, escrita por el inigualable Ian Anderson, y censurada en los últimos estertores del franquismo. La canción se titulaba My God. Dice la canción: "Al principio, el Hombre creó a Dios; y lo creó a su imagen y semejanza. Y el Hombre dio a Dios multitud de nombres, y el poder de que fuera el Señor de toda la tierra cuando al Hombre le conviniere". Esta canción materializaba, en pleno movimiento hippie, las aportaciones filosóficas que, habiendo provocado un sistema de desalienación estructurado por el hombre, provocó la mayor cárcel humana de la historia, el comunismo real. En contraposición, el mundo occidental se intentó defender con el fascismo o las democracias militarizadas, y en medio surgió un rayo de luz, de color, de vida, que fue el movimiento hippie. Por ejemplo, uno de los momentos más álgidos de la filosofía española, todavía, lo vemos en la aportación de Antonio Escohotado, y no de su historia sobre las drogas (de la que me ha manifestado que está harto de que la tomen como referencia), o de sus lúcidos recorridos por la historia del comercio, o sus incursiones en la física? en fin, esta panoplia de profundas observaciones interdisciplinares sobre los aspectos filosóficos del mundo, no han sido tan plenamente filosóficas como su fundación de la discoteca Amnesia, en Ibiza, justamente por aquellos años gloriosos del despertar social de Occidente. El pragmatismo y la tecnología, a partir de entonces, nos han desbordado y estamos jugando en otra liga, y hemos de tener en cuenta que la inmejorable canción de Jethro Tull, estaba inspirada en Ludwig Feuerbach y su idea de que el creador del hombre no había sido Dios, sino que Dios era la creación del hombre al proyectar en él su imagen idealizada, sobre todo aupada por las bocas y las pulsiones vitales de quienes pasaban necesidad, miseria y hambre y, en consecuencia, imaginaban y creaban esa imagen para poder sobrellevar la carga. Hoy día Feuerbach está muy superado, la humanidad es un conglomerado no solo del juego de estructuras y superestructuras vinculadas a la economía y a una dinámica de alienación y desalienación materialista -como aún berrean algunos neomarxistas de coco vacío-, sino que es un conjunto zoológico con una herramienta que se llama razón y que, cree su poseedor que la maneja, cuando que está puesta en el humano para ser éste manejado en función de otro ser superior que no es el Dios clásico, sino ese Dios generado por el propio humano, que se sale de su esfera de poder, y pasa a tener vida propia. El My God de Jethro Tull, y lo que nos muestra, no la idiota concepción básica del materialismo y la dialéctica histórica, sino el conglomerado energético y tecnológico que se nos viene encima.

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