Como en la mayor parte de su obra narrativa, en la escritura de Truman Capote se une la ficción más elaborada (Capote pulía y mecanografiaba escrupulosamente sus textos hasta el punto de que al cumplir diecisiete años era un escritor consumado) con la experiencia personal. En sus Relatos tempranos, no es fácil desprenderse de la idea de que la mayoría de sus personajes (la chica que espera la llegada de su amor en un pequeño pueblo, el niño que recibe como codiciado regalo un perro), son un alter ego del escritor. En estos relatos, Capote encapsula, con su prosa de elegancia infinita, las enfrentadas palpitaciones de hombres, mujeres y niños perdidos en la inmensidad del paisaje americano, y de cuyas vdias el autor de Otras voces, otros ámbitos ha querido dejar constancia para que no se desvanezcan en el olvido.