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cómic

La poética de la violencia

Planeta publica la obra maestra de Matt Wagner sobre uno de los villanos más oscuros y expeditivos de todo el noveno arte

Una de las viñetas de 'Grendel' . LP / DLP

La obra de Matt Wagner siempre ha merecido un profundo estudio sociológico. Y su personaje más emblemático, Grendel, un lugar de culto en la historia del noveno arte en tanto en cuanto supone una profunda incursión en los resortes que mueven la violencia. Por este motivo, la edición de lujo en cuatro volúmenes, de las aventuras de este particular villano, es una de las noticias más importantes de los últimos meses. Por lo pronto, este volumen inicial incluye las seis primera aventuras que se desarrollan de una forma cronológica. Todas en un sugerente blanco y negro, con sutiles pinceladas de rojo.

Grendel hace alusión a uno de los tres antagonistas presentes en el poema épico medieval Beowulf, donde se describe cómo una criatura salvaje, un demonio o gigante, con una fuerza brutal y de enorme estatura acaba con la población de Dinamarca. El cómic es heredero de la tradición noir y aborda temas como la violencia y el sexo, de forma explícita y sin concesiones, con un desenlace a veces que noquea sin remilgos al lector.

La saga se desarrolla a lo largo de diversos siglos, siguiendo la pista de varios personajes que toman el nombre del protagonista para realizar unas actividades cuestionables en su mayoría. El primero de ellos, que centra este volumen, es Hunter Rose, un escritor de éxito que utiliza su carrera literaria como tapadera para ejercer de sicario primero y señor del crimen de Nueva York. La historia inicial, Diablo por sus actos, está escrita y dibujada enteramente por el propio Wagner. Es una aventura muy narrativa, pero en la que el genio norteamericano hace gala de su predilección por los encuadres complejos. Aquí vemos el origen del protagonista, su legado de maldad y sus actividades criminales. La segunda, Blanco, negro y rojo, incluye a 21 colaboradores que suponen otros tantos estilos de los grandes del cómic norteamericano. Así, pasamos del estilo underground de Tim Sale al más naif de Teddy Kristiansen, que juntos forman una pequeña antología de las diferentes escuelas que han surgido en los últimos años en Estados Unidos. Le sigue una corta Simpatía por el diablo, también exclusiva de Wagner que casi actúa de intermezzo a la siguiente aventura. De este modo, Blanco, negro y rojo incluye a otros 21 dibujantes que logran la misma plasticidad de la segunda historia.

La cuarta aventura, Contemplad al diablo, también exclusiva de Wagner, es la joya de la edición y supone la más larga y absorbente de Hunter hasta la fecha. Aquí el historietista de Pennsylvania ofrece una prodigiosa combinación de diferentes ritmos narrativos con un resultado dinámico y convincente como pocos. Tras esta edición, llegará un segundo tomo que protagonizan Christine Spar y Brian Li Sung. El tercero, considerado el mejor de la colección, que viaja al futuro lejano con Orion Assante y Eppy Tatcher. Y el cuarto y último con un mundo nuevo de vampiros y de clanes. Advertir, finalmente, que la idealización que a veces hace de la violencia lo hace poco indicado para un público no adulto.

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