Vanitas es el término latino del cual proviene la palabra vanidad. Pero en realidad el concepto original no tiene el significado de soberbia u orgullo que posee en nuestra lengua, sino el de vacuidad o insignificancia, que sí mantiene en español la expresión "en vano". Dicho esto, en el mundo del arte vanitas define una clase específica de bodegón, de gran contenido simbólico, que constituyó todo un género muy trabajado en el Barroco, especialmente en los Países Bajos.

El nombre de bodegón en inglés es still life, que más concretamente significa naturaleza muerta, aludiendo a que representan objetos sin vida o movimiento, con lo que el título de la exposición fotográfica Still Life. Vanitas que se exhibe en S/t Espacio Cultural es una reflexión utilizando las lenguas de Shakespeare y Horacio que alude no solo a una categoría particular de bodegón, sino al género pictórico que lo aglutina y el concepto que subyace bajo ella.

La exposición está comisariada por Marcos Rivero, que además es uno de los tres artistas que la componen. Aporta seis fotografías inspiradas en la pintura flamenca del siglo XVI, con diferentes bodegones, ya que estos se desarrollaron según unos motivos particulares. Hay bodegones de flores, conchas, alimentos, pero lo que más destaca es que sus creaciones poseen el alto contenido simbólico de estos cuadros. Por ejemplo las conchas tienen el sentido sexual, religioso e incluso místico. Pero por si fuera poco las fotografías también están impregnadas de un sutil toque irónico, como cuando compara el cerebro humano con una nuez. Su fotografía es claramente efectista y consigue ser muy clásica a la vez que contemporánea, porque su modernidad es evidente en cuanto realiza una reinvención de los elementos iconográficos tradicionales, por ejemplo añadiendo una moldura de la boca del artista o componiendo una escena en la que una flor de pascua se combina con una mariposa para dar el sentido de la resurrección del alma. Ver estas fotografías supone repasar gran parte de los objetos simbólicos de este género, el cráneo humano, símbolo de la muerte, actúa como un memento mori (recuerda que vas a morir), denunciando junto a los fugaces placeres de la mesa, la vanidad de la vida humana, supeditada al paso del tiempo y en consecuencia a la muerte.

En las antípodas de esta concepción y estilo están seis fotografías de Christian Tadeo, seleccionadas por el comisario entre unas anteriores realizadas durante un diálogo fotográfico con Monique Hoffman. Sus seis trabajos están marcados por la espontaneidad, en ellos vemos símbolos que suelen hallarse en las vanidades, como relojes, que simbolizan la brevedad de la vida y espejos, que denuncian la vanidad humana, pero en realidad su arte toma una vertiente más preocupada en mostrar la inseparable dualidad de Eros y Tanatos, al representar el sexo y la muerte unidos. Los desnudos se mezclan con cráneos de animales, también aparece el toro, animal sacrificial por antonomasia, y un secador, símbolo moderno de la vanidad, imita a una pistola, arma de fuego que reaparece en otra fotografía.

Cris Noda, aporta siete fotografías químicas, en las que no hay ningún retoque, y a través de las cuales da un nuevo sentido a la vanitas, en cuanto a su acepción de naturaleza muerta, otorgándole el significado de parar el tiempo, congelando un instante íntimo. Para aportar una sensación de intimidad a sus imágenes, las ha rodeado de unas cortinas fotografiadas. Hay un autorretrato, unas escenas íntimas de su hogar que muestran unos espacios muy personales, mostrando sus lecturas. Todos están realizados al natural, buscando la sinceridad, por lo cual, a diferencia de las fotografía de los otros dos artistas no están compuestas para la ocasión.

Still Life. Vanitas reúne las diferentes reflexiones que tres fotógrafos han realizado de un mismo género, mostrando la variedad de las concepciones artísticas que pueden existir en un mismo tipo de arte.