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La soledad de ser dos

La editorial Navona publica 'Malentendido en Moscú', de Simone de Beauvoir, que revive su relación con el filósofo francés Jean-Paul Sartre al final de sus vidas

La soledad de ser dos

Cuando uno sostiene entre sus manos una historia inspirada en el amor entre Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre, lo habitual es esperar una narración alambicada de amores contingentes y tormentas existenciales. Sin embargo, Malentendido en Moscú, una pequeña joya de Simone de Beauvoir que publica Navona en el 30º aniversario de la muerte de la filósofa y feminista francesa, destaca por la sencillez, humildad y honestidad con que su autora desnuda los temores más íntimos que cercan a una pareja en el ocaso de su vida.

La historia relata la cotidianidad conyugal de una pareja de profesores parisinos jubilados, Nicole y André, en un viaje a Moscú, donde se encuentran con Masha, hija del primer matrimonio de este último. Una crónica que, en realidad, traduce la visita real que realizaron Sartre y De Beauvoir a la Unión Soviética en 1966, acompañados por Lena Zonina, traductora y amante rusa del filósofo.

El modelo narrativo en que discurre este viaje de poco más de 100 páginas intercala dos voces narrativas, que son los pensamientos paralelos a cada lado de la pareja, sazonados en secuencias breves y dinámicas, lo que convierte al lector en un espectador privilegiado de esta convivencia en directo. "Estamos en la flor de la edad postrera", reflexiona André. "Una extraña flor: cardos", piensa Nicole.

La estancia en Moscú comporta para los amantes, entusiastas del país desde sus primeras visitas, un progresivo desengaño ante los signos de agotamiento del ideal socialista. Pero esta circunstancia es, además, el espejo en que se mira esta pareja de larga duración que se enfrenta a la llegada inexorable de la vejez, a la ansiedad que provoca esa certidumbre de los caminos que se cierran. "Y es que a estas alturas el pasado ya está idealizado y contrasta con la realidad con que se juzga el presente consiguiendo, en el libro y en la vida, un desequilibrio tan grande que a veces nos coloca a un conflicto inexistente", apunta la escritora barcelonesa Rosa Regàs, en el prólogo del libro.

Lejos de su hogar, con un hondo bagaje de vivencias compartidas a cuestas, los paisajes de Moscú disparan ese juego de reflexiones de ambos personajes en torno a las expectativas frustradas, las metas no alcanzadas y, lo que es más interesante, esa tensión entre el esfuerzo por mantener viva una relación malherida o sentirse ya vencidos por el tiempo. Y en medio de todo esto, la crisis de conciencia que desata el personaje de Masha, con su juventud e ingenuidad, en el centro de este lienzo.

También en ella se mira Nicole, o Simone, quien asiste en el eclipse de la pasión a esa toma de conciencia sobre su fragilidad, su aburrimiento, su envejecimiento y sus renuncias. "Hubiese podido ser otra, pero entonces sería otra la que se haría preguntas sobre mí", reflexiona. Por su parte, André repasa, entre vasos de whiskies con hielo, el caos de una vida que ahora se predispone alrededor de una única obsesión: ¿Es demasiado tarde?. "Y he aquí que la vida se cerraba sobre él; ni el pasado ni el futuro le ofrecían ya coartada. [?] De haber sido profesor en la Sorbona, historiador conocido, se encontraría con el peso de ese otro destino tras él, y no le resultaría más ligero. El escándalo consiste en encontrarse definido, acabado, hecho, en que los instantes efímeros se sumen y formen a nuestro alrededor un denso envoltorio del que resulta imposible escapar".

Así se trenza este relato cotidiano donde sus protagonistas se encuentran y desencuentran en los contornos de la pérdida, de lo que fue y de lo que nunca llegó a ser, aunque tal vez sea este el único pacto posible entre dos vidas engarzadas en el tiempo, con su acumulación de complicidades y rencores. "¿Y entonces, qué? No hay salida. Seguirían viviendo juntos, ella sepultaría sus quejas; muchísimas parejas vegetan así, en la resignación, el compromiso. En la soledad. Estoy sola. Al lado de André, estoy sola. Debo hacerme a la idea", apunta la protagonista.

Simone de Beauvoir (1908 - 1986) escribió este texto, en forma de nouvelle, entre 1966 y 1967, con el propósito de que integrase la compilación La mujer rota (1968). Sin embargo, lo descartó a favor de La edad de la discreción -¿tal vez por la transparencia de sus confesiones?- y guardó esta historia en un cajón, que no vio la luz hasta su publicación póstuma en 1992, en la revista Roman 20-50.

En 2013, la editorial Navona publicó este texto inédito en España, que volvió a rescatar este año con motivo de la efeméride de su autora, con traducción de Joachim de Nys y prólogo de Rosa Regàs. Esta última destaca "un desvelamiento de la personalidad de la autora en la historia de Nicole y André". "Simone de Beauvoir apenas aborda en esta novela la mayoría de sus preocupaciones sociales, políticas y culturales que ha desarrollado en sus grandes obras [...], como si hubiera querido decirnos que sus verdaderos problemas eran su relación con Sartre y la pérdida de vida que supone la eterna amenaza de la vejez".

"Ya no es amor: tan sólo soy costumbre", teme Nicole, quien no puede inhibir la tentación de enumerar en las sobremesas los vasos de whisky y cigarrillos americanos de los que da cuenta André -"siempre vigilando los vasos que bebía: por el placer de fastidiarle".

Con todo, Malentendido en Moscú es el testimonio más humano sobre el amor de dos de los más grandes intelectuales del siglo XX, pero es, sobre todo, la historia de un amor cualquiera, como todos, desordenado, gastado y afianzado en el tiempo, que se resume en este hermoso párrafo: "No se extraviarían nunca muy lejos uno del otro. Él no le había dicho todo lo que le había pasado por la cabeza esos días. Y tal vez ella se había guardado para sí algunas menudencias. Tampoco tenía importancia. Se habían vuelto a encontrar".

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