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AMALGAMA

'Still Life Vanitas'

La película de la vida y obra del matemático Srinivasa Ramanujan, del director Matthew Brown, recrea esa época en la que el 'art nouveau' penetraba en aciagos momentos

Hace unos días pasé por el Espacio S/T, donde se presenta la exposición Still Life Vanitas, en la que cuelgan su obra Marcos Rivero, Cris Noda y Christian Tadeo. Se trataba de series de fotografías englobadas por un título: bodegones de vanidad, por así decirlo. Es frecuente en las épocas épicas, de grandes catástrofes históricas, provocadas justamente por la decadencia como parte baja de la curva del eterno retorno, que al lado del desgarro y el tremendismo, en oposición a la construcción de la voluntad de poder vinculada al culto al cuerpo apolíneo, pervivan testimonialmente las obras de arte que muestran una especie de trayecto del "art nouveau" al "art déco" que tanto exalta los placeres superficiales que conviven con la brutalidad de la vida, como deja entrever el paso a la tragedia con el "Memento homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris", muy presente en la obra de Marcos Rivero, que denota y trae a la memoria, en estos lares, el entorno conceptual de aquella iconografía inaugurada por Pepe Dámaso en los años a la vez oscuros y esperanzadores de La Umbría, y precisamente cargados del antagonismo clásico del eros-thanatos en el contexto de la dictadura. Evidentemente, el contexto ha cambiado, es antagonista de la dictadura y toca ahora ese libertinaje sin sentido que se da en las sociedades de los estados nodriza, a los que se le pide todo a cambio de nada, y también el continente ha cambiado y la fotografía procura en los tres autores un inmediato tesauro del que pueden pertrecharse de simbolismo, tanto para la delicada mostración de Noda, como para la investigación en la contraposición simbólica de Christian Tadeo entre toros y cráneos, como para la recreación surrealista del mentado eros-thanatos que tanto inquieta a Rivero. Al salir de la sala me dirigí a ver la película dedicada a la vida y obra del matemático hindú Srinivasa Ramanujan, del director Matthew Brown, quien consigue recrear, justamente, esa época en la que el "art nouveau" penetraba en aciagos momentos de la historia europea y mundial, pero que se enfoca en otra vertiente del conocimiento humano que por los mismos años estaba efervescente. La obra de Matthew Brown muestra la capacidad de Ramanujan para dominar la matemática y darle un impulso que no podía ocurrir sino en ese tiempo de apertura y exploración en la física y el descubrimiento por el humano del universo circundante que fue el final del siglo XIX y principios del siglo XX. Ramanujan, de forma casi imparable, descubría y descubría todo tipo de conceptos matemáticos con una inusitada capacidad que escapaba de la normal velocidad del razonamiento académico. La cuestión principal, la frase más proverbial del film, queda en boca del matemático G.H. Hardy, quien termina admitiendo, en un discurso ante los académicos ingleses, que Ramanujan conocía los secretos matemáticos porque estaban pensados por dios, los entendía directamente cuando oraba a su diosa, y, como dice Hardy, están ahí puestos en el universo y sólo hay que entenderlos y sacarlos. El humano no inventa nada, solo descubre y comprende lo que ya está puesto ahí desde siempre. Esa resituación del humano en su justo sitio, el de la práctica del "thaumasein", del asombro ante todo lo que es el Universo, es el tributo más grande que un matemático, o un filósofo, pueden hacer, para remarcar su pequeñez ante el Universo, del que lo único admirable es que puede admirarse. Ante eso se entiende, pues, que la obra Still Life Vanitas señale esa leve fugacidad que es la naturaleza humana, como lo es la estrella fugaz que cruza los cielos de la noche.

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