Una carta dramática [reproducida aquí integra] entre tantos y tantos papeles del Archivo Negrín. La firma Rubén Landa, un catedrático de instituto, alto responsable de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), exresidente de la Residencia de Estudiantes de Madrid. La sublevación militar de 1936 lo coloca en el desfiladero de la Guerra Civil. La JAE corre la misma suerte del Gobierno republicano, ir de un lado a otro, primero Valencia y después Barcelona. Sin renunciar a la labor propagandística, la diplomática de sus miembros más destacados y la del espionaje, la JAE asume también la asistencia "a los intelectuales que puedan necesitarlo". Según la misiva de Landa, el poeta Antonio Machado "está muy delicado de salud y estos días no tiene los alimentos que le conviene tomar: arroz, patatas y leche".
El Archivo de Negrín da cuenta de la desesperación de profesores y escritores, ya sea para encontrar un lugar donde instalarse en medio de la diáspora, o simplemente para lograr subsistir. Y todo ello con la organización en Valencia del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (Valencia 1937), organizado por la Alianza de Intelectuales Antifascistas (Zambrano, Gómez de la Serna, Buñuel, Cernuda, Max Aub, Bergamín...). Y también con una labor de agitación a través de boletines y publicaciones, con la revista El Mono Azul como referencia.
La misiva de Landa. fechada el 29 de julio de 1938, está dirigida a Blas Cabrera, hijo de Blas Cabrera Felipe, el relevante científico nacido en Lanzarote y anfitrión de Einstein en su visita a España en 1923. El descendiente del físico era médico y adjunto a la Cátedra de Fisiología de la Universidad Central de Madrid con el también catedrático Juan Negrín. Al ser nombrado el grancanario presidente del Gobierno de la II República pasa a ser su secretario particular. "Tengo entendido que, en el caso de que se encontrase un local adecuado, V. creia (sic) fácil poder proporcionar comida a algunos intelectuales en un comedor especial", escribe Landa.
A continuación relata que el doctor Puche (catedrático y científico que ocupa el cargo de director general de Sanidad) "se debe retrasar, pero que urge atender a algunos intelectuales enfermos que necesitan un régimen especial de alimentación". Entre ellos, el autor de la carta destaca la situación de Antonio Machado, y le traslada la opinión del doctor Puche: "Piensa que por de pronto lo más práctico sería disponer de un pequeño depósito de víveres para poder atender casos como el D. Antonio Machado pocos siempre (sic)".
"Por de pronto sabemos que está muy delicado de salud y estos días no tiene los alimentos que le conviene tomar: arroz, patatas y leche", insiste. "Por no haber podido comunicar con V. [Blas Cabrera] he hablado esta mañana con D. Elías Delgado [que había sido técnico del laboratorio de fisiología de Negrín]. Me ha dicho que lo mejor sería que acudiésemos a la Dirección de Abastecimientos. Por su V. hubiese pensado otra solución le molesto con esta carta para ahorrarle trabajo al Dr. Puche a quien la jefatura de Sanidad Militar le deja, naturalmente, muy poco tiempo libre".
El final de Antonio Machado ya es conocido. El poeta de la Generación del 98 muere en Colliure, Francia, el 22 de enero de 1939. Lo ampara en su enfermedad y duro exilio un pequeño grupo, del que forman parte el doctor Puche y el periodista Corpus Bargas. Su tumba en la localidad gala constituye un punto de peregrinaje republicano. La carta del Archivo Negrín da cuenta del duro golpe que supone el comienzo de la Guerra Civil para una generación no preparada para coger el fusil, sino más bien para emplearse en las aulas a fondo o trabajar en laboratorios científicos. Poco sabemos sobre qué alimentación recibió Antonio Machado, aunque sí conocemos por la carta de Rubén Landa a Blas Cabrera que sus necesidades eran magras en sabor y grosor. Muy austeras.
