Las historias no deberían ser medidas por lo bonitas que son. En vez de por eso, sólo debería importar si realmente te convencen de que están contándote la verdad. Es lo que ocurre con la tetralogía de Elena Ferrante titulada Dos amigas. La voz profunda, en constante tesitura reflexiva, de Ferrante es una anomalía en la literatura italiana: "El reto para quien escribe es llenar la distancia entre lo que vives y lo que cuentas, sentir físicamente el impacto de la narración, A menudo, empezamos a escribir demasiado pronto y las páginas aún están frías. Sólo cuando la historia se acopla a nosotros como un guante, ha llegado el momento de contarla". En La amiga estupenda, primer volumen de la tetralogía, Ferrante narra el recorrido de dos amigas por un Nápoles desolado por la pobreza a mediados del siglo pasado.