Con la moda de las historias de las conspiraciones de los grupos de poder, era de esperar que un personaje como el Soldado Desconocido se metiera en estas honduras que tanto atraen a los lectores últimamente. El protagonista, además, no podría ser más ubicuo y proteico: aparece en los estertores de la Segunda Guerra Mundial, en el Irán prerrevolucionario entrevistándose con el Shah poco antes del golpe de Estado de 1953, suplantando en 1970 a un general norteamericano en Camboya durante la Guerra de Vietnam y en la Nicaragua sandinista de los ochenta haciéndose pasar por el coronel de un comando de apoyo a la Contra. El ilustrador dublinés Kilian Plunkett realiza un buen trabajo, creando escenarios realistas, enmarañados y con muchos matices. James Sinclair consigue crear una atmósfera siniestra y gélida con un apropiado uso del color.
